El Tribunal de Apelación de Bruselas condenó ayer al rey emérito de Bélgica Alberto II a pagar una multa diaria de 5.000 euros mientras se niegue a someterse a una prueba de ADN para aclarar si es el padre biológico de Delphine Boël, tal y como le exige la Justicia desde noviembre. El monarca recurrió con el fin de no someterse a la prueba.