El director de cine y televisión Narciso Ibáñez Serrador, fallecido el viernes a los 83 años, vio ayer cumplido su deseo de descansar junto a su madre, enterrada en el cementerio San José de Granada, donde ya reposan también los restos mortales del creador del emblemático 1, 2, 3. Una misa oficiada en el camposanto despidió al realizador, que en este último adiós estuvo acompañado por sus hijos y otros familiares, además de por amigos y admiradores que asistieron al acto.

El coche fúnebre con los restos mortales de Ibáñez Serrador, conocido como Chicho, llegó poco después de las 16.30 horas entre aplausos y gritos de "¡grande!" al cementerio de Granada, procedente del Tanatorio de la M-30 de Madrid, donde numerosas personalidades del mundo de la televisión acudieron durante todo el día de ayer sábado a dar el último adiós al genio de la televisión y del género fantástico y de terror.

Entre los asistentes al entierro estaban Luis Larrodera, presentador de la última edición del 1, 2, 3, y el periodista Alfredo Amestoy, afincado en Salobreña (Granada), quien resaltó la "generosidad" de Chicho. "No quiso toda la tarta para él. Invitó a muchos argentinos a venir, hasta el punto de que temimos que iba a 'argentinizar' la televisión", recordó Amestoy. Pero su "timbre de gloria" profesional fue a su juicio el logro de haber sido quien realizó, con 18 años, el primer y último programa de televisión de la actriz Margarita Xirgú, en Montevideo. Para Amestoy, cuyos inicios profesionales coincidieron con los de Ibáñez Serrador en los años sesenta, Chicho era "una gran figura con sus defectos, que en él se convertían en virtud".

Tras la misa y una breve y sencilla ceremonia en la que su hija Pepa le leyó una carta y Amestoy le dedicó unas palabras, recibió sepultura. Fue deseo del Ibáñez Serrador descansar en el cementerio de Granada junto a su madre, la actriz argentina Pepita Serrador, cuya admiración por esta ciudad la llevó a visitarla en numerosas ocasiones.