Síguenos en redes sociales:

La feliz gobernación

Adolfo Gil

La eutanasia mediterránea

Volvemos a las andadas parlamentarias con el debate de la eutanasia, de la muerte digna, de los cuidados paliativos y sedativos, de la objeción de conciencia de los médicos, del comercio del chute final por internet, de los viajes a Centroeuropa para poder conseguir lo que deseas.

Entiendo que el derecho y la medicina me cuiden mientras yo quiera, son dos miradas que hay que tener en cuenta; pero sin que sus titulares se eleven al pedestal del orgullo, si ambas instituciones quieren velar por mi bienestar, mi deseo de vivir o de no vivir, pueden preguntármelo o puedo dejarlo claramente escrito; si no es así, no tienen ningún derecho a inmiscuirse en mi desenlace. A fin de cuentas, siempre ha sido fácil, siempre ha existido el derecho a colgarse de la viga o a tirarse a la vía del tren y ahí los jueces y los médicos a lo único que han tenido derecho es a certificar que se ha encontrado un cadáver.

Además no hay que recurrir a eutanasias tan violentas ni tan drásticas, hay quien se la va haciendo poco a poco, hasta que cualquier víscera le revienta, ¿es o no es eutanasia? Por supuesto que el que ha elegido ese camino sabe lo que le espera tras una larga tortura, inútil a todas luces.

A ver si de una vez nos aclaramos, vida digna es la que todos intentamos conseguir y muerte digna es a la que tenemos derecho. La primera podemos alcanzarla o no; la segunda está en nuestra mano, nos ampare el derecho, nos ayude la medicina o tengamos que buscarnos la salida por cualquier otro medio. Por favor, legisladores y legisladoras ténganlo en cuenta, no se pueden poner puertas al campo; pueden salvar sus conciencias torturándome, ¿para qué?

Hasta ahora ven que solo he hablado de juristas y médicos, porque no consiento que ningún clérigo, de ninguna secta, gobierne mi vida ni mi muerte. Los que estén apuntados a cada una de ellas que apanden con las consecuencias; en esta sociedad occidental, culta y civilizada tienen información suficiente para hacer con su cuerpo lo que quieran.

Cabal es que la eutanasia exija una legislación bien pensada, pero Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Suiza ya ofrecen abundante práctica y por supuesto la experiencia de muchos años y allí han acudido miles de personas con posibles para hacerlo. ¿Cuándo podremos morirnos cómo y cuándo nos dé la gana? ¿Prefieren los defensores de la libertad del PP y Ciudadanos que el corte de las venas o saltar desde un puente sea la solución? Por lo visto sí, parece que la eutanasia de los inmigrantes sirios y subsaharianos es lo que les mola, que se vayan ahogando de cien en cien, poco a poco, en esos trasatlánticos de plexiglas con motor de juja en los que se echan al mar sin intención, pero con certeza de riesgo de eutanasia.

Pulsa para ver más contenido para ti