Algo sorprendente ocurre en España, y a nadie se le cae la cara ante la vergüenza que tendría que sentir por ver cómo los ciudadanos normales de este país tienen que pasar mes tras mes sufriendo penurias al mismo tiempo que ven que otros se enorgullecen de ganar millones de euros cada trimestre que pasa, y aun encima regodeándose de que este último trimestre tuvieron más beneficios que el mismo trimestre del año anterior.

El motivo de tal reflexión no es otro que el que he comprobado cómo las entidades financieras en nuestra querida España ganan y ganan millones de euros aplicando la propia legislación del país, que así se lo permite, en cuanto a los intereses, comisiones o ejecuciones de embargos, sobre todo de viviendas, de numerosas familias que no han podido hacer frente al pago de la cuota del préstamo hipotecario que en su día se le concedió por la entidad financiera en cuestión.

Cada vez las entidades financieras son más ricas, ganan más dinero, se llenan sus carteras, pero no responden con las obligaciones derivadas de los compromisos que han adquirido.

Hemos podido ver en estos últimos días cómo la morosidad de las entidades financieras en nuestro país ha crecido de manera espectacular en lo que se refiere al pago de las cuotas mensuales de las comunidades de viviendas en las que dichas entidades son propietarias de no se cuántos pisos, como consecuencia en su mayor parte de los desahucios llevados a cabo por la falta de paga de familias modestas que como consecuencia de la crisis de este país se han encontrado sin trabajo o en la necesidad de abandonar el negocio que poseían.

Concretamente en la provincia de A Coruña, la morosidad de las entidades financieras en el abono de las cuotas de la comunidad que tendrían que abonar como cada propietario de un piso en ese edificio ascendía, en el año 2014, a la cantidad de 9.000.000 euros. En Lugo, a 2.500.000 euros; en Ourense, a 3.000.000 euros, y en Pontevedra, a 6.000.000 euros, lo que hace un total de algo más de 20. 000.000 euros. Eso en Galicia, porque en el total de España son alrededor de 500.000.000 euros lo que deben a las comunidades de propietarios.

La comunidad de propietarios de la que forma parte la entidad financiera que se convirtió en propietaria de la vivienda o viviendas como consecuencia de los correspondientes embargos y desahucios, ve cómo pasan los meses y no abona ninguna de las cuota que está obligada a realizar como cualquier otro propietario, lo que implica que la correspondiente comunidad de propietarios se vea, mes tras mes, con unos ingresos inferiores a los que tenía previsto ingresar, y en consecuencia situarse en una posición de deudora con respecto al proveedor o empresa encargada de realizar un determinado servicio u obra, incluso pudiera ser que con la misma entidad financiera que no le paga las cuotas o derramas mensuales.

Las entidades financieras no pagarán lo que deben siempre a los más débiles, pero cada vez que acuden a una llamada de un posible cliente que pretende comprar uno de esos pisos que han sido objeto de un embargo o desahucio, la luz de los elementos comunes del inmueble se enciende, los pasillos y escaleras de los mismos elementos comunes funcionan, los mismos elementos están perfectamente en estado de revisión y limpieza, y los ascensores van de un piso a otro con total y absoluta regularidad. Pero eso sí, ellos no pagan. Somos siempre los pringados los que tenemos que hacer frente a los abusos de a quienes las leyes de este país les permiten actuar de la forma y manera en lo que lo hacen.

¿Hasta cuándo tanto privilegio y abuso?

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