Vuelvo a escribir ante el papel en blanco no solo porque hay más libertad (y espacio) que en las redes sociales, sino porque creo que los diarios, revistas y libros en papel deben existir porque las redes decir estupideces, barbaridades, insultos, etc., que no son posibles en publicaciones en papel. Para colaborar en internet solo veo algún diario que es solo digital para ser coherente. Ya conocen mis circunstancias. Sigo. Así que, a continuación, quiero expresar algunas impresiones relacionadas con temas de actualidad, de la forma más sintetizada posible, que otros no tratan. Veamos:

Con el terrible suceso de Cuenca, una vez más, hemos podido escuchar en televisión cómo se daban informaciones increíbles sobre los motivos que llevaron a descubrir y detener al supuesto autor de los hechos. Informaciones que deberían ser secretas, solo a disposición de las fuerzas y cuerpos de seguridad. Y nadie más. Por si acaso. Sí. Y aquí voy a entrar en el fondo de la cuestión: no vale todo para informar, para ganar telespectadores, ni para dar más morbo a un asunto espantoso per se, sin más. Si quieren aportar algo en lugar de contar lo incontable, podrían hablar del contexto que rodea la noticia, para situarnos un poco mejor, y sobre todo para evitar que vuelva a suceder. Dar tantos detalles es, cuando menos, contraproducente. Debería estar prohibido.

Lo mismo que la libertad de expresión tiene unos límites, también los debería tener la libertad de información, que más bien parece libertinaje, excesos intolerables. Digo. Si la educación, ya desde la infancia, consiste en primer lugar en inculcar que no todo es posible, que hay límites: igual debe suceder con la libertad de expresión, información, etc., porque choca con intereses generales, públicos, no es solo individual. Algo que es también aplicable a la excesiva y grotesca violencia de tantas series de televisión, que te tiran no solo la sangre a las narices, sino que ilustran sobre cómo cometer todo tipo de abusos físicos, psicológicos; todo es agresividad, violencia. Da la impresión de que vale todo para vender; algo intolerable.

Para terminar: cómo quejarse de que sucedan ciertas cosas si la violencia de todo tipo está a la orden del día, parece una moda televisiva. Me parece incoherente, sí. Creo que hay que reflexionar sobre el contenido de vídeos, contenidos televisivos e, incluso, redes sociales para no tener que lamentarse constantemente.

LA OPINIÓN publica opiniones de sus lectores, así como réplicas y sugerencias de interés general que sean respetuosas hacia las personas e instituciones. Las cartas pueden ser enviadas a LA OPINIÓN por vía postal (C/ Franja 40-42 15001 A Coruña), por fax (981 217 402) o por correo electrónico/cartasaldirector@laopinioncoruna.com). Deben tener como máximo 20 líneas e incluir nombre, apellidos, DNI, domicilio y teléfono de contacto. LA OPINIÓN se reserva el derecho a extractarlas.

Cláusula Legal: LA OPINIÓN A Coruña S. L. (C/ Franja, 40-42, 15001, A Coruña), le informa que sus datos de carácter personal facilitados en este formulario de cartas al director, serán incorporados a nuestros ficheros y tratados automatizadamente. De acuerdo a la L.O.P.D. 15/1999 (Ley Orgánica de Protección de Datos), vd. podrá ejercer su derecho de acceso, rectificación, cancelación y oposición conforme a dicha ley. El titular de los datos se compromete a comunicar por escrito a la compañía cualquier modificación que se produzca en los datos aportados.