Con motivo de las elecciones autonómicas catalanas, para otros plebiscitarias, el gobierno ha dejado de contarnos las maravillas del Presupuesto del Estado para el año 2016. Que si son unos presupuestos expansivos, que si con ellos se generaran no sé cuántos cientos de miles de puestos de trabajo, que si la deuda pública bajará a cifras que jamás hemos podido imaginar, que nunca los fondos para acciones sociales estuvieron tan bien económicamente, sobre todo aquellas partidas referidas a rentas de subsistencia y reinserción de parados, etc., etc.; en definitiva, a finales del año 2016 no nos van a conocer en toda Europa, y menos en Alemania.

Dicho todo lo anterior, estoy convencido que lo único que se ha estado haciendo, con la presentación de dichos presupuestos en el Congreso de los Diputados, más todas las sesiones que restan para que se vayan aprobando en las correspondientes comisiones, es perder el tiempo y el dinero de todos los españoles.

¿Por qué llego a esta triste conclusión? Seguro que se preguntarán todos ustedes, pues muy sencillo, porque estos presupuestos una vez aprobados, no se aplicaran jamás, por tanto no tendrán ningún valor ni eficacia.

¿Por qué digo que no se aplicaran? Tengo varias razones para decir lo que acabo de manifestar:

1º.- No se aplicarán porque el Partido Popular, en las elecciones que se celebrarán en diciembre, una vez cobrada la paga extraordinaria, no va a obtener la mayoría suficiente como para formar un Gobierno que obligue a las restantes fuerzas políticas con representación en las Cortes españoles, a que acaten el presupuesto elaborado por el partido que hoy gobierna.

2º.- El Partido Popular, que será con toda probabilidad el que obtenga un mayor número de diputados, tendrá que pactar con otro u otros partidos políticos para poder gobernar, y no me cabe la menor duda, que estos le van a exigir determinadas modificaciones al presupuesto aprobado en su día en solitario.

3º.- Si aún teniendo la mayoría simple de diputados, no fuesen suficientes los votos de otras fuerzas políticas para alcanzar la mayoría absoluta, no podría gobernar, y en consecuencia sus presupuestos no habrían valido para nada.

4º.- Si otras fuerzas políticas, surgidas a raíz o como consecuencia de las elecciones del mes de diciembre, alcanzan la mayoría de diputados, que les pueden proporcionar la posibilidad de formar Gobierno, es claro y evidente, que estas formaciones políticas elaboraran unos nuevos presupuestos, de conformidad con lo planteado en sus respectivos programas electorales.

Por todos estos razonamientos, estoy convencido que el propio Partido Popular es consciente de lo que yo acabo de explicitar en esta carta, es lo mismo que ellos ya lo han pensado y lo tienen internamente asumido.

En el Partido que dirige el Sr. Rajoy saben perfectamente que los presupuestos elaborados para el año 2016, son meros eslogans para una campaña electoral, que comenzara a materializarse a partir de que se sepan los resultados electorales de las elecciones catalanas. Durante dicha campaña, nos llenarán de promesas a cuenta de los mencionados presupuestos, tales como: En Galicia invertiremos? millones de euros y finalizaremos las obras pendientes de... En A Coruña, por fin ha llegado un gobierno serio que ya fijó la cantidad que se va a invertir en unas obras tan demandadas, y así será la misma retórica por toda España y por cada uno de sus municipios.

¡Qué pena que tengamos unos políticos que pretenden jugar con nosotros a cuenta de nuestro dinero y sacrificio!

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