Un grupo partimos de Galicia para visitar Grecia del once al dieciocho de este mes. Resultó un viaje de gran altura -elevado nivel-. Listón alto para el turista de a pie. Alcanzamos el Oráculo y escalamos bosques de pináculos rocosos. Visitamos el Estadio Olímpico y subimos al lugar de competiciones cuerpo a cuerpo en la antigua Grecia. El grupo avanzaba con el ánimo alto, descubriendo espacios geográficos y culturales, para sumar belleza y patrimonio, en el mecer de la cuna de la civilización que ofrece este país.

Los indeseables se cuelan para conseguir dinero sea como sea. Les ciega la usura y esperan al visitante para timarlo. Esto ocurrió en el crucero a las islas del golfo Sarónico. En este encanto de Hidra, Poros, Egina, el desencanto del grupo. Pagando caro unas visitas guiadas que desilusionaron a todos. Paseos a pie con guías que no aportaron nada (por libre lo vas a disfrutar mejor). Y en otros casos traslados en "autobús tartana". Imposible escuchar las explicaciones del recorrido, porque allí dentro, solo había el ruido de la chatarra que estaba a la vista y un sofocante calor.

Una vez dicho esto, para sobre aviso de futuros viajeros, nos quedamos con la grandeza de este país y sus maravillosas gentes. Mereciendo nuestro reconocimiento y agradecimiento a entregados profesionales que hasta brillan con luz propia, como nuestro guía griego Nikos.