Vendidas cerca de 100.000 copias de su primer disco todavía pasaba desapercibido por la calle, pero todo cambió cuando Con la luna llena se convirtió en la canción emblema de la Vuelta Ciclista en 2004. Desde entonces, todo ha ido muy deprisa: es padre de una niña, le persigue el fantasma del incidente en el avión (en el que se pasó con la bebida al tratar de paliar su pánico a volar), se ha desprendido de las rastas y está de gira para presentar su cuarto álbum, Curiosa la cara de tu padre. Melendi tocará en Vigo el próximo martes 11 de agosto a las 23.00 horas.

-Su último disco tiene un sonido más rockero, ¿evolución de rigor o comercialización camuflada?

-No creo que nadie piense en la comercialización en un cuarto disco. En mi caso, mis composiciones reflejan el momento que estoy viviendo. Esta vez me dio por coger una guitarra eléctrica y empezar a componer con ella y por eso el sonido ha salido más eléctrico.

-Curiosa la cara de tu padre, canción que da título al disco, trata de las falsas apariencias, ¿en su caso las apariencias engañan?

-Quien debería decir eso es la gente que me conoce. Aún así, creo que mis apariencias no engañan, ni soy tímido, ni soy una mala persona. Hace tres años hubo un momento de mi vida, con el tema del avión, en el que se creó un personaje que se salió de madre. Me quedó una espinita clavada y por eso tal vez el subconsciente sacó esta canción.

-¿Ha vuelto a volar en avión?

-Sí. He hecho cursillos para superar el miedo y ya he viajado a Colombia, a Venezuela?

-No le queda otra?

-No (risas). Me han dicho: 'lo hace o lo hace. No tiene otra salida'.

-Dedica una canción a Sabina y ya es la segunda, ¿son indirectas para que se anime a hacer un dúo con usted?

-Estaría muy bien. Dios le oiga (risas). Para mí Sabina, además de un referente, es el mejor compositor de este país.

-Las hijas de Zapatero escuchan su música, ¿le han dado mejor publicidad que la Vuelta Ciclista?

-Ha estado bien pero lo de la Vuelta Ciclista fue lo que tiró de mí en un principio y darse a conocer es lo más difícil.

-¿Es cierto que no ha votado en la vida?

-Pues creo que la primera vez fue el año pasado, pero no voy a decir a quien (risas).

-¿Se está más cómodo con o sin rastas?

-Sin ellas. Quien diga que son cómodas miente. Además, las rastas son como la camiseta de un equipo de fútbol, cuando ya no las sientes hay que colgarlas.

-Es muy de refranes, ¿cuál es que más se aplica?

-Ande yo caliente, ríase la

gente.

-Dice que hay que trabajar para vivir y no al revés, ¿lo consigue?

-Sí. Yo trabajo para vivir y no vivo por y para trabajar. Me planteo unos objetivos porque hay que tenerlos en la vida, pero sin agobios. Si se cumplen bien y si no, tampoco pasa nada.

-¿Cómo lleva su familia que circulen tantos bulos sobre usted?

-Al principio, mal. Mis padres no estaban acostumbrados y de repente les llaman de madrugada para contarles que han visto en un foro que he muerto en un accidente de tráfico. No contactaron conmigo hasta la mañana siguiente y la espera fue dura. Después de tantos rumores, se han hecho a la idea, como yo, de que cada día voy a morir de algo y ya no se preocupan tanto.