La Asociación de Escritores en Lingua Galega (AELG) ha reconocido con el título de Escritor Galego Universal al poeta ovetense Antonio Gamoneda.

La AELG destaca con esta mención "la altísima poesía y el insobornable compromiso ético del autor, para quien el individuo, y por tanto el poeta, se realiza en la poesía como forma de conocimiento", según informó ayer la asociación en un comunicado.

Con este premio, que ya recibieron Mahmud Darwich, Pepetela, Nancy Morejón, Elena Poniatowska e Juan Gelman, la Asociación de Escritores en Lingua Galega destaca a aquellos autores "que unen a la excelencia literaria el compromiso ético que los convierte en referentes en la defensa de la dignidad nacional y humana".

Entre otras distinciones, Antonio Gamoneda ha recibido el Premio Cervantes (2006); el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2006) y el Premio Nacional de Literatura en la modalidad de Poesía (1988).

Con motivo de la entrega del premio, Gamoneda estará en Galicia el próximo mes de abril. El día 29 ofrecerá una conferencia en A Coruña y el 30 asistirá a la Cea das Letras, organizada por la AELG.

Antonio Gamoneda (Oviedo, 30 de mayo de 1931) ha vivido desde los 3 años en León, ciudad que ha influido notablemente su trayectoria poética y donde fue testigo de la represión llevada durante la guerra civil y la inmediata posguerra.

Gamoneda se dio a conocer con Sublevación inmóvil (1953-1959), publicado en Madrid en 1960, obra con la que fue finalista del premio Adonais de poesía, y que supuso una ruptura con las reglas realistas de la época. Tras una primera etapa en la que publicó varios poemarios y tuvo algún problema con la censura, siguió un silencio poético de siete, marcados por la muerte de Franco y los inicios de la transición.

Esta época está marcada por la crisis existencial e ideológica plasmada en Descripción de la mentira (1977), un largo poema que supuso un giro hacia su madurez poética. Posteriormente publicó Lápidas (1987) y Edad, que recoge toda su poesía hasta 1987 y que le valió el Premio Nacional de Literatura.

En 1992 apareció Libro del frío, que le consagra como uno de los poetas más importantes en lengua castellana Arden las pérdidas (2003) culmina la madurez iniciada en Descripción de la mentira, de una poesía en la perspectiva de la muerte en la que lo perdido (la infancia, el amor, los rostros del pasado) aún arde en el tránsito hacia la vejez con mayor lucidez, con mayor claridad, con mayor frío. Tras él vendrán Cecilia (2004) y Esta luz: poesía reunida: (1947-2004), (2004).