Dustin Hoffman escribió ayer un momento "imborrable" para la historia del Festival de San Sebastián al recoger el Premio Donostia que el certamen le concedió con motivo de su 60 edición y que él agradeció a todas las personas que "honran y respetan esta forma de arte" que es el cine.

Dustin Hoffman ha dirigido su primera película con 75 años y dice que esa ha sido su mejor experiencia cinematográfica, pero el galardón de esta noche es el reconocimiento al intérprete, al gran actor que ha ganado dos Oscar, cinco Globos de Oro y un Emmy.

Este hombre, que es memoria viva de casi medio siglo de historia del cine, ha recibido el Premio Donostia especial 60 aniversario por una carrera que despegó con El graduado y que fue sumando títulos como Cowboy de medianoche, Pequeño gran hombre, Perros de paja, Lenny, Marathon Man, Kramer contra Kramer, Rain Man y Tootsie.

De esas y otras películas se han proyectado imágenes para recordar una larga carrera compilada en retazos de celuloide donde Hoffman ha vuelto a ser el seductor de la señora Robinson, el periodista que destapó el Watergate y el inocente Ray, hermano de Tom Cruise, que era capaz de memorizar páginas enteras de la guía telefónica.

Del momento "imborrable" hablaba la periodista Edurne Ormazabal, que presentó la gala junto a la actriz Bárbara Goenaga, quien habló de Hoffman como de un artista "adorado" y "reverenciado".

Al actor argentino Ricardo Darín, miembro del jurado de la Sección Oficial, se le encomendó entregar el premio al intérprete norteamericano. Lo hizo de forma breve, "porque el señor Dustin Hoffman no necesita presentación".

El público que llenaba el auditorio del Kursaal recibió al actor con una larga ovación y puesto en pie.

Hoffman dio las gracias a la audiencia, a "esta comunidad de personas que honran y respetan esta forma de arte". Lo hizo emocionado, con la voz entrecortada al final de su discurso, después de decir que llegó a su profesión "porque suspendía y era malo en todo lo demás". El actor recibió el galardón al comienzo de la gala de clausura, que tras el palmarés terminó con la proyección de su ópera prima.