"El cuerpo siempre me pide más rock", afirma la cantante coruñesaLuz Casal, que se encuentra en la recta final de la gira emprendida el pasado febrero y tras la cual comenzará a trabajar en un próximo disco con canciones "absolutamente nuevas" en las que no duda que habrá mucho de ese tipo de música.

"Forma parte de mi memoria, de mi cultura, de mi gusto, de mi expresión. Es algo que está ahí", indicó Casal en una entrevista poco antes de tocarayer en París, en su concierto más importante en este último tramo, que finaliza a mediados de diciembre.

La idea del nuevo trabajo, no obstante, no es más que un proyecto en fase inicial de creación, a la que tendrá que dedicarle todavía muchas horas, en un momento en el que "no es tan fácil como al principio".

"Hay canciones que ya has hecho, necesidades de comunicarte que has expresado en otros discos. No te puedes repetir: tienes que trabajar sabiendo el camino que ya has transitado, ahora empleando conceptos que vayan más allá de lo que hiciste", señala la solista desde su camerino en el Teatro de Châtelet.

Casal (A Coruña, 1958), atesora desde sus comienzos a principios de los ochenta más de quince discos, pero la veteranía no es una circunstancia que le haga acomodarse y sentir que ya ha encontrado la fórmula del éxito. "He vivido tantos años haciendo esto que sé cómo reacciono y lo que significa subirme a un escenario. Significa el trabajo de tantísima gente alrededor como para tomarlo como algo maquinal o asegurado", ha indicado la cantante.

"El día que acabe será por otras razones que no me puedo imaginar a día de hoy, pero no porque me acomode", ha apuntado Casal, que asegura que "siempre" la sorprende el apoyo y el hecho de que la gente "haga un esfuerzo, gaste su dinero y, en vez de ir a tomarse una cerveza e ir a otros conciertos", vaya a los suyos.

Estos últimos la han llevado por escenarios de Montreal, Pekín, Bahréin, Estambul, Túnez o Santiago de Chile, y la sensación extraída, ha precisado, es "extraordinaria", después de vencer la barrera del idioma con un espectáculo en un "99 por ciento" en español.

"Ha sido una grandísima sorpresa. De alguna manera, (tengo el) sentimiento por encima de todos de agradecimiento, porque nos reciban, nos escuchen, estén atentos y, por los comentarios, se lo pasen bien. Para mí es un reto conseguido, una aventura con final feliz cada noche".

La experiencia ha sido intensa, pero no implica que el cuerpo le pida un descanso. Para ella, las vacaciones serán "cambiar un poco el ritmo de estos últimos dos años" para hacer ese disco que espera que sea "buenísimo" y canalice toda esa necesidad de expresar lo acumulado "en estos cuatro, cinco años".

Entre esas vivencias, la superación de un cáncer de mama en 2007 y otro, tres años más tarde, un episodio fuerte "pero como otros muchos fuertes" atravesados, del que, aunque no le importa hablar "si eso le puede servir a alguien", prefiere no centrarse en un tema del pasado "con lo importante que es (para ella) el presente".

En ese presente, sabe que seguir adelante en esta profesión depende de uno mismo. "Los que nos dedicamos a la música estamos acostumbrados a vivir de nuestro trabajo y a sufrir las consecuencias. Casi nunca estamos apoyados", sostiene Casal, con una declaración que no le impide reivindicar que la cultura no debería ser un negocio.

"No abarco más allá de mi mundo, porque hablar de lo que no conoces sería arrogante, pero creo que, si este modelo ha fallado, hay que buscar otro, porque hay manifestaciones artísticas que no van a producir dinero y también tienen que existir".