Poca intriga parece acompañar al Óscar al mejor actor. Si no se levantara Daniel Day-Lewis la sorpresa sería casi monumental. No parece un rival a tener en cuenta Bradley Cooper, y, aunque Hugh Jackman y Denzel Washington dan el do de pecho (sobre todo el primero) en Los miserables y El vuelo, el único que puede buscarle las cosquillas es Joaquin Phoenix en The master. Un trabajo excepcional en una película excepcional, lamentablemente tratada en las nominaciones.