El Centro Tecnológico de la Asociación de Investigación Metalúrgica del Noroeste (Aimen) de O Porriño (Pontevedra) y la empresa coruñesa Errecé participan en el proyecto europeo Dearsun, que ha diseñado un sistema de calefacción termosolar sostenible que permite unos ahorros de energía en calefacción y agua caliente en edificios de hasta un 75%. La iniciativa, en la que también participan compañías de Francia, Italia, Bulgaria, Austria y Rumanía, y el Centro Científico y Tecnológico de la Construcción francés (CSTB), ha entrado ya en su fase final y será presentado el próximo octubre, antes de comercializarse.

Aimen y Errecé se han encargado del diseño y fabricación de los tanques destinados a almacenar el calor obtenido del sol. "A diferencia de un sistema de calefacción termosolar convencional, que utiliza agua, Dearsun usa glicol, una sustancia con un elevado punto de ebullición (a 150 grados centígrados) y que por tanto permite acumular más energía y durante más tiempo", explica Ambroise Vandewynckéle, responsable de proyecto y del centro del aplicación láser de Aimen en O Porriño.

El conjunto de la instalación está gestionada por un sistema informático de control que permite optimizar el reparto de la energía para las necesidades de agua caliente y calefacción. "El control del sistema es la clave, ya que tiene que distribuir el fluido caliente en función de las necesidades de cada momento en el inmueble", apostilla el responsable de Aimen. Por ejemplo, para una ducha caliente, el agua suele salir a una media de 45 grados centígrados, pero para una calefacción de suelo radiante bastarían unos 30 grados. En cuanto a los paneles solares, no se modifican, son similares a los disponibles en el mercado.

Errecé, con el apoyo de Aimen, ha fabricado ya cuatro prototipos de tanque sobre los que se están realizando pruebas en una vivienda en el sur de Francia para medir el rendimiento real de energía en el marco de este proyecto. Esperan contar en octubre de 2010 con un prototipo definitivo para después industrializarlo en el ámbito europeo. Esta empresa calcula que en dos años estará capacitada para la fabricación en serie de este sistema revolucionario. "Dependiendo del volumen de depósitos que vayamos a fabricar, veremos si con las instalaciones actuales es suficiente o si tendremos que automatizar procesos", admite Xan Rey, responsable de proyecto de esta empresa. Rey explica que Dearsun, al contrario que los sistemas convencionales, es totalmente autónomo. "En los otros si falla el sol durante un par de días hay que echar mano de otros sistemas de calefacción adicionales (gas, electricidad...)", asegura. El proyecto está dirigido, a priori, a colegios y edificios públicos.

Rey explica que Aimen se ha encargado del diseño y los ensayos teóricos de estos innovadores depósitos (en la foto), mientras que Errecé se centró en la fabricación. En cambio, el CSTB de Francia aportó la capacidad de simular el comportamiento hidrodinámico del tanque de almacenamiento y todo el sistema de calefacción. También colaboran en este proyecto comunitario dirigido a pymes dentro del Séptimo Programa Marco la empresa gala de energía solar EnerSun y la compañía suiza líder mundial en soluciones y de automatización y control, Honeywell. "Participan dos empresas de ingeniería y arquitectura de Austria e Italia, cuya labor será promocionar este sistema en los edificios que diseñen", añade Xan Rey.

Los responsables de las casi diez empresas desarrolladoras del sistema Dearsun se reunirán esta semana en Francia para verificar el comportamiento del prototipo en la vivienda real. El responsable de Errecé destaca que esta tecnología supone un notable avance sobre las técnicas empleadas hasta ahora en este campo, ya que los sistemas solares existentes no tenían capacidad para suministrar calor de forma autónoma durante todo el año, ni siquiera en las zonas del Mediterráneo, pero reconoce que en casos de frío extremo puede que el sistema no sea del todo suficiente.

Una vez verificados los avances de Dearsun, que cuenta con financiación de la UE, serán las pymes las que afrontarán los costes de industrialización. "Nosotros, como centro tecnológico, no tenemos ningún derecho sobre lo estudiado", reconoce Vandewynckéle.

Errecé, localizada en Santiago, fabrica piezas y conjuntos metálicos para sectores como la automoción, mientras que Aimen, ubicado en O Porriño, es el centro tecnológico de referencia del noroeste que presta servicios de alto valor añadido a las empresas.