Al mal tiempo, mientras no se traten de fenómenos meteorológicos especialmente adversos, el sistema energético le pone muy buena cara. Es la mejor ayuda para empaparse de la apuesta en firme por las fuentes verdes como un arma idónea para combatir el cambio climático y reducir la dependencia exterior que tanto Galicia como el conjunto de España tienen con los combustibles primarios, especialmente el carbón, el gas y, por supuesto, el petróleo. Detrás de los inviernos y otoños con un día de lluvia y viento sí y otro también durante el pasado 2009 -en los primeros meses del ejercicio y en la recta final- están los récords que los embalses y la eólica marcaron en la comunidad hasta convertirla en líder entre todas las autonomías en producción de electricidad a partir de las dos principales energías renovables. Sólo la aportación del viento y el agua, sin contar el resto de tecnologías -y en el que destacan las centrales térmicas de As Pontes y Meirama-, bastó para cubrir aproximadamente el 75% de toda la electricidad que consumieron las industrias y los hogares gallegos.

En las estadísticas eléctricas del Ministerio de Industria no hay precedentes de una producción con renovables en Galicia tan elevada. Ni que además se diera el caso de que la comunidad ocupe la primera posición a la vez en hidroeléctrica y eólica, pese a que hay otras zonas con más potencia instalada para aprovechar ambos recursos y que el número de presas y aerogeneradores apenas ha variado en los últimos años. De hecho, en el negocio de los molinos se lleva hablando de un parón en el sector desde 2007 y en la Xunta no se conceden licencias para nuevos embalses desde antes de la llegada del bipartito a San Caetano.

La evolución de la producción hidroeléctrica es especialmente llamativa. En paralelo con las sucesivas borrascas y los continuos días de lluvia. ¿Se acuerdan de todas las alertas que se levantaron en Galicia el pasado año? Pues el resultado es que la generación bruta de los embalses ascendió a casi 7.000 gigavatios hora (GW/h), un 35% más que en 2008. Un registro que todavía podría ser mayor en 2010 si la meteorología se sigue comportando como hasta ahora. En el primer cuatrimestre, el 20% de la demanda de electricidad en España se cubrió con la actividad de las centrales de agua, según Red Eléctrica de España (REE). Junto con el viento y la ayuda -aunque en muchísima menor proporción- de la solar, el 40% del consumo vino de las renovables.

El mal tiempo se puso del lado también del negocio del viento. En este caso con más reservas, porque los aerogeneradores dejan de funcionar con rachas de más de 100 kilómetros por hora. Y hubo unas cuantas jornadas así en los temporales del pasado año. La producción de los parques gallegos rozó los 7.600 GWh, lo que supone casi un 20% más que en 2008. Ni Castilla-La Mancha y Castilla y León, que son ahora las dos principales potencias en eólica instalada tras arrebatar el lugar a Galicia, alcanzaron ese nivel de producción. La primera, con 7.000 GWh, la segunda, con 6.580, según el Ministerio de Industria. Los expertos en el sector eléctrico siempre han dicho que la mayoría de los emplazamientos que Galicia tiene para la explotación de parques son de mayor calidad, porque tienen más horas de viento al año, que en el resto de España y la actividad puede ser más constante.

Aunque falta por saber aún el consumo exacto de electricidad en Galicia en 2009, seguro que no es una excepción en la caída en picado por la crisis económica. Las familias se contienen en el gasto energético y el sector empresarial estuvo a medio gas. El descenso medio fue del 4,5%, por lo que en el ejemplo concreto de la comunidad la demanda habrá rondado los 19.000 GWh. La contribución del agua y la eólica suma más de 14.500. Para abastecer el recibo eléctrico gallego sólo se tendría que apostar por fuentes no renovables para un 25% de los usuarios.