Los agentes de cambio y bolsa se convirtieron en serios enemigos de los banqueros cuando se pusieron en marcha las principales plazas bursátiles europeas -la de Londres data de 1570, las españolas tienen sus orígenes a principios del siglo XX-, ya que los propietarios de las entidades financieras pensaban que se les acababa el negocio del préstamo y el cobro de intereses. Pero no fue así, porque ha habido mercado para todos tal como ha demostrado el sistema capitalista a la vuelta de los años. En la actualidad, con la crisis económica a cuestas y dadas las graves dificultades para obtener crédito, sobre todo para los emprendedores y las pequeñas y medianas empresas, surge la financiación de proximidad (en inglés, Love Money Capital).

La expresión se acuñó en una pequeña localidad de la provincia canadiense de Quebec para expresar el concepto "dinero de familia", o también "dinero de las personas cercanas que me quieren", que puede servir para ayudar a crear o a desarrollar una empresa. La aportación no representa un préstamo, sino una suscripción de capital social por la que los inversores se convierten en accionistas del negocio. De este modo han surgido iniciativas como las firmas Air Calité (mantenimiento de aires acondicionados), que ha logrado 370.000 euros, o Andines (central de compras), con 1,4 millones de euros de capitalización. En Francia, dichas suscripciones -con un tope de 50.000 euros- dan lugar a un 25% de reducción en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y al 75% de reducción en el tributo que grava el patrimonio.

Proyectos con control

"El concepto, sobre todo en tiempos de crisis, parece una excelente solución. ¿Quiénes pagan y pagarán la deuda pública que se está emitiendo? ¿Para financiar a quienes? ¿No parece más eficiente que los que, finalmente, van a pagar todo, se impliquen de forma directa en proyectos de proximidad que pueden controlar porque los ven?", comenta el presidente de la consultora de gestión de patrimonios Ética y promotor de Love Money Capital en España, Francisco Álvarez Molina. En su opinión, con cantidades modestas se permiten financiar negocios que pueden reactivar la actividad de barrios, pueblos o ciudades. Barrios, pueblos y ciudades a los que el modelo económico vigente ha vaciado de lo que siempre les hizo vivir", destaca Álvarez Molina.

Los expertos señalan que el Love Money Capital permite financiar empresas con perspectivas de crecimiento. Generalmente entre medio centenar y cien personas invierten individualmente sumas comprendidas entre 100 y 20.000 euros, lo que permite llevar a término proyectos cuyas necesidades de capital si sitúen entre 75.000 y 500.000 euros. Además, una asociación local se encarga de seleccionar los proyectos ayudando a los promotores y dando a los inversores garantías de información y de transparencia de cualquier mercado bien regulado.

Mientras la Autoridad de los Mercados Financieros de Francia (AMF) y su equivalente en Canadá ya tienen regulado este innovador mercado, en España todavía está en puntillas. Por el momento, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) no se ha pronunciado sobre esta iniciativa. La ayuda de los promotores permitiría la elaboración de un documento de presentación para los proyectos financiados con el dinero de proximidad según las normas del ente regulador español, es decir, el equivalente a un folleto de admisión. Este documento incluiría toda la información que necesita un inversor: activo de la empresa, actividad, situación financiera, resultados, perspectivas y derechos de los accionistas. Además, los socios locales de Love Money aportan conocimientos a proyectos que les interesan y al mismo tiempo se familiarizan con las técnicas de financiación de fondos propios en los talleres de trabajo.

Los inversores

¿Cualquier tipo de proyecto puede ser financiado a través de este mercado? Los promotores responden que no. Este concepto sólo se puede utilizar para proyectos con claras perspectivas de desarrollo, independientemente de su talla. La media de los capitales captados en Quebec y en Francia se sitúa en torno a los 300.000 euros y el objetivo es que las personas que acepten el riesgo de invertir en una empresa tengan las mayores garantías de recuperar su inversión, aunque sea modesta.

Por otro lado, también se organiza un seguimiento regular de los compromisos adquiridos por los promotores, así como la organización de un mercado de compraventa de acciones. Además, adhiriéndose a una asociación local, los promotores de los proyectos pueden obtener un diagnóstico inicial sobre la adecuación al concepto Love Money. Respecto a la preparación de la suscripción, este mercado requiere la organización de talleres de trabajo (entre cinco y siete meses, o bien de tres a cuatro, con el método acelerado). Éstos son lugares de encuentro entre promotores y demás asociados locales del mercado financiero, entre los que se pueden encontrar accionistas iniciales. Durante las sesiones de estos grupos se elabora el documento de suscripción. La promoción consiste en imprimir unos cien ejemplares del documento que los promotores distribuirán en su entorno próximo, que además impulsan el proyecto organizando presentaciones.

En Quebec y en Francia las estadísticas demuestran que un tercio de los eventuales inversores de proximidad suscriben participaciones. Todo un éxito y, además, con un coste muy reducido.

Pacto de buena conducta

Con el objetivo de crear un entorno con garantías, la aportación del ahorro de proximidad de sus promotores incluye el documento Pacto de buena conducta Love Money para la financiación de empresas y creación de empleo, y se comprometen a respetarlo. Eso permite vigilar si se respetan los objetivos definidos en el documento de suscripción del mismo, supervisar mensualmente la gestión, el estado de la tesorería, la contabilidad o la evolución comercial, así como, organizar reuniones regulares con los accionistas. Y también permite gestionar un mercado de compraventa de particular a particular -por internet- donde los accionistas podrán comprar y vender sus títulos.