Los sindicatos con representación en Banco Pastor dan por hecho que la absorción por parte del Popular provocará un recorte de plantilla, pero han indicado que la intención trasladada "por todas las partes" es que se acometa de forma negociada y con medidas "no traumáticas", como pueden ser las prejubilaciones.

En declaraciones a Europa Press, la secretaria de la sección sindical de la CIG en Banco Pastor, Gladis Afonso, ha explicado que esta mañana varios responsables del área de recursos humanos y relaciones laborales expusieron, a través de una videoconferencia, la oferta hecha por el Popular.

Sin embargo, los responsables de la entidad han dicho no poder contestar todavía a las preguntas de los sindicatos acerca de los efectos de la operación sobre el empleo. "Nos dijeron que no pueden contestar, de momento, nada al respecto y que desde la dirección del Pastor van a pelear por que se mantengan los puestos de trabajo, pero tampoco se les escapa que en esta fusión puede haber pérdida de empleos", ha señalado Afonso, quien ha destacado su "preocupación" en especial por los servicios centrales.

"Si el banco que absorbe, que es el Popular, tiene ya unos servicios centrales en Madrid, sería raro que mantenga la estructura del Pastor tal y como está en A Coruña", ha avisado la representante de la CIG, con la que ha coincidido la responsable de CC.OO. en el Pastor, Irene Murillo, que ha indicado que la preocupación es mayor en donde "hay más masa humana".

"Estamos muy preocupados y a la expectativa", ha dicho Murillo, quien ha explicado que el mensaje por parte de los dos bancos es de "tranquilidad", pues la voluntad de las entidades es "que no haya medidas traumáticas". Los equipos de ambas entidades comenzarán la semana que viene el análisis pormenorizado de la estructura de Pastor y Popular, que determinará más adelante cómo se resuelven los solapamientos de oficinas y, por tanto, los cierres y el ajuste de plantilla.

Por su parte, el secretario de Banca de FES-UGT y representante en el Pastor, Javier Castro Rodríguez, ha puntualizado que esta formación no considera "necesario" el recorte de plantilla, pero se ha remitido a otros procesos y a las directrices del Banco de España, que "dice que sobra personal" en el sector.

El banco gallego, ha indicado Castro, "no entra en detalles" sobre los efectos de la operación en la plantilla y se remite, en respuesta a las preguntas de los sindicatos, a que "el proceso está abierto" y durará hasta el primer trimestre del año que viene. La prioridad ahora es cerrar los detalles de la unión, ha apuntado el sindicalista.

El responsable de banca de UGT ha pedido constituir "lo antes posible" una mesa de negociación sobre este asunto. Por su lado, la representante de CC.OO. ha señalado que, de acuerdo con la sección sindical en el Banco Popular, esta organización reclama protocolos de garantías para la unión. En cualquier caso, ha manifestado su confianza en que el proceso será negociado y se ceñirá a los procedimientos habituales en las fusiones de banca, en las que se suele recurrir a prejubilaciones para reducir plantilla.

"Ellos nos han dicho que también están preocupados", ha señalado Murillo, que ha confiado en poder tratar este asunto en próximas reuniones. De hecho, estaba previsto un encuentro ordinario para el martes de la semana que viene que ha considerado que se centrará, una vez conocida la noticia, en la fusión.

Reunión con Ron

Por su parte, la secretaria de la sección sindical de la CIG ha destacado que los responsables del Pastor esperan que, dado que se mantendrá la marca en Galicia, se dé prioridad al mantenimiento de sus oficinas en la Comunidad, aunque dependerá de la ubicación y de las propias sucursales.

Gladis Afonso ha señalado que este martes está prevista la primera reunión con el presidente del Popular, Angel Ron, que se desplazará a La Coruña para entrevistarse con la dirección del banco gallego. En esta cita harán "un calendario del proceso".

Responsabilidades

Asimismo, la representante de la CIG ha considerado que la operación es "un desastre", puesto que representa "la pérdida del último bastión financiero de Galicia". "Efectivamente se lo llevó la crisis financiera por delante, pero también exigimos responsabilidades de los gestores dentro del banco y responsabilidades políticas, tanto del Gobierno central y el Banco de España como en la Xunta de Galicia", ha reclamado.

Así, ha censurado que la decisión de la absorción "la tomó el Banco de España, por recomendaciones de la ministra de Economía, Elena Salgado", a quien a acusado de no estar interesada en "el porvenir de su tierra" --Salgado nació en Orense--. En cuanto a la Xunta, ha considerado que "es mentira" que el Gobierno gallego no deba opinar en la operación y ha reprochado a Núñez Feijóo que no haya actuado como se hizo en Cataluña para evitar que el Banco Sabadell se asociase con entidades de otras comunidades.