El partido del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, anunció hoy que ha alcanzado un acuerdo con su socio de Gobierno, la Liga Norte (LN), sobre las reformas económicas que Italia debe llevar mañana a la cumbre europea de Bruselas.

El secretario político del partido de Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PDL), Angelino Alfano, indicó que el acuerdo se ha alcanzado con "la decisión de responder" a las exigencias de Europa, superando las divisiones internas en el Ejecutivo generadas por la reforma de las pensiones.

"Hoy también se ha demostrado que la relación entre los dos partidos que han asegurado estabilidad y reformas al país aguanta", dijo Alfano durante la grabación de un programa de televisión de la cadena RAI, después de que se llegara a hablar, incluso, de una posible caída del Ejecutivo si no había acuerdo.

"Somos conscientes de todas las dificultades. La unidad se ha logrado en torno a la decisión de responder a Europa con puntualizaciones que tienen que ver con las cosas hechas hasta ahora y con las que se pretenden realizar para el crecimiento" económico, añadió.

Después de una maratoniana jornada de reuniones en la residencia romana de Berlusconi para desatascar la negociación una vez que ayer el Consejo de Ministros extraordinario terminara sin acuerdos, el secretario político del PDL aseguró que la mayoría gobernante tiene la intención de seguir adelante, aunque no dio detalles del acuerdo.

"Nosotros tenemos un Gobierno que tiene una mayoría parlamentaria que está decidida a tomar decisiones importantes (...) que tiene los números y con estos la fuerza de hacer cosas importantes", comentó Alfano, a quien Berlusconi ha indicado como su posible sucesor.

Según informó hoy el portavoz de Berlusconi, Paolo Bonaiuti, el primer ministro italiano tiene previsto presentar mañana en Bruselas una carta "de intenciones" dirigida a las autoridades comunitarias con las reformas que su Gobierno pretende acometer.

Este anuncio llegó después de que este mismo martes Bossi reconociera que el Ejecutivo corría el riesgo de caer, ante el desacuerdo interno sobre la reforma de las pensiones, promovida por el partido de Berlusconi y que pretendía retrasar de los 65 a los 67 años la edad de jubilación de los italianos.

Además de la reforma de las pensiones, sobre la mesa del Gobierno se encuentra también un borrador del llamado "decreto para el desarrollo" para propiciar el crecimiento económico del país, con medidas de tipo fiscal y de incentivos a la contratación de los más jóvenes.