El Tesoro Público colocó ayer 6.028 millones de euros en obligaciones con distintos vencimientos, casi el doble del objetivo máximo que se había marcado, que era de 3.500 millones, y con un rendimiento inferior al 7% de la última subasta. El Tesoro emitió 2.177 millones en obligaciones con vencimiento en 2020 a un interés marginal del 5,24 %, y 1.400 millones en títulos con vencimiento en 2021 con un rendimiento del 5,56%. Estas rentabilidades están muy por debajo del 7,09% que el Tesoro tuvo que pagar en la última subasta realizada en noviembre, y que fue el mayor desde 1997, aunque la referencias no son completamente comparables.

Además, el Tesoro adjudicó ayer 2.451 millones de euros en deuda a casi cinco años con vencimiento en 2016, con un interés marginal del 4,06 %, frente al 4,89 % de la subasta de noviembre. La demanda total registrada en la subasta de ayer fue muy alta, 11.214 millones de euros, en línea con la colocación de letras realizada esta misma semana, y en la que también se batieron todas las expectativas.

Interés inversor

Las subastas de los últimos días demuestra una revitalización del interés inversor sobre la deuda pública española, lo que ha permitido abaratar la rentabilidad ofrecida. No obstante, las dudas sobre la ejecución de los acuerdos sobre integración fiscal aún causan inestabilidad en las bolsas, que cayeron en las tres primeras sesiones de la semana, y en el mercado de divisas, donde el euro bajó ayer de la barrera de los 1,3 dólares por primera vez desde enero. La prima de riesgo cerró ayer en 348,7 puntos básicos y llegó a marcar un mínimo intradía de 348,1, niveles registrados en octubre. El Ibex-35 subió un 0,84% y se situó al cierre del mercado en 8.250 puntos.

El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, anunció ayer que convocará otra cumbre de líderes europeos a finales de enero o principios de febrero de 2012 con el objetivo de ultimar el nuevo Tratado intergubernamental para endurecer la disciplina fiscal en la eurozona, pero también de discutir cómo mejorar la competitividad de los países de la UE y reducir el paro. "En tiempos de estancamiento y cuasi recesión es muy importante tener estos temas en la agenda y no solo hablar de consolidación fiscal", explicó. La cumbre no se limitará a los países de la eurozona -como habían reclamado la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que pedían reuniones del Eurogrupo una vez al mes hasta el fin de la crisis- sino que reunirá a los 27 jefes de Estado y de Gobierno de la UE, incluido el británico David Cameron.