CCOO y UGT advirtieron ayer al Gobierno de que tras el Primero de Mayo, el Día del Trabajo, no acaban sus movilizaciones contra la reforma laboral y los duros ajustes del Gobierno, al que acusaron de defender los intereses de los ricos y devaluar la calidad de vida de los ciudadanos. Volverán a la calle, avisan, para manifestarse contra la política de destrucción de empleo y de "demolición" de los servicios públicos de Mariano Rajoy, al que describieron como un "busto parlante" que sólo explica sus reformas en Bruselas y no a los españoles.

Los sindicatos mayoritarios aseguraron que ayer movilizaron a un millón de personas en las 80 manifestaciones convocadas en ciudades de toda España, 100.000 en Cataluña la Comunidad Valenciana y en la ciudad de Madrid, donde fuentes policiales rebajaron la cifra en 15.000.

Los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, recuperaron la tradición y volvieron a ponerse al frente de la manifestación de Madrid, después de que el año pasado se trasladaran a Valencia.

La característica dominante en la marcha madrileña fue el rechazo de las políticas de recorte, la defensa de los servicios sociales, la crítica al Gobierno y la ausencia de incidentes. "PP mintió, saquea y pega" "Sin pan no habrá paz", "El Partido Patronal nos saquea más y más", "Es criminal recortar sanidad", "Violencia es cobrar 600 euros", fueron algunas de las pancartas que se pudieron leer en las protestas, amenizadas con el ruido de tambores y silbatos.

Méndez usó un símil naval para denunciar la política injusta del Ejecutivo y acusó al Gobierno de estar "embarrancando" el buque de la economía y de preocuparse solo de salvar a los de primera clase y sus pertenencias mediante la amnistía fiscal. Para Méndez, el Gobierno de Rajoy ha "elegido" el escenario de tirar por la "extrema derecha" e imponer una política "ultraliberal" en el mercado laboral y "ultraconservadora" en derechos sociales, que piensan parar CCOO y UGT.

Toxo, por su parte, avisó de que la pretensión del Gobierno es usar la crisis para provocar una "involución" de los derechos que han convertido a España en una sociedad moderna y democrática. Así, explicó, el Ejecutivo está atacando derechos laborales, recortando la sanidad y la educación, devaluando la calidad de vida y "criminalizando" la inmigración.

El respaldo que el PSOE e IU dieron ayer a las movilizaciones sindicales fue también destacado: en la marcha de Madrid participaron los dos exministros de Trabajo socialistas (Jesús Caldera y Valeriano Gómez) y el coordinador general de IU, Cayo Lara. La vicesecretaria general, Elena Valenciano, pidió al Gobierno que dialogue con los sindicatos y con las fuerzas políticas "como siempre se ha hecho en democracia".

Cayo Lara, por su parte, anunció que solicitará una reunión urgente con Mariano Rajoy para que ponga en marcha un pacto nacional por el empleo.

En Galicia, además de las marchas de A Coruña, se produjeron movilizaciones multitudinarias en Vigo y Ferrol, donde las centrales cifraron una asistencia de 20.000 personas -cifra que bajó la Policía Local- en una de las marchas más numerosas del último lustro, en plena crisis del sector naval en la ría ferrolana.

El desempleo y los ajustes en la economía social fueron los ejes sobre los que cientos de miles de personas se manifestaron el 1 de Mayo en toda Europa, donde hubo incidentes violentos de carácter ideológico en Bonn y en Turín, en medio de críticas a líderes políticos.