La Comisión Europea y el Gobierno trabajan para tener listo este mes un proyecto de ley que facilite el canje de las participaciones preferentes en las entidades nacionalizadas. Y la pretensión de Bruselas es que el cambio se haga efectivo antes de fin de año. En febrero de 2013 se redactará una ley para "limitar" la venta de este producto y de deuda subordinada entre clientes minoristas.

Fuentes financieras aseguran que las autoridades monetarias tienen "prisa" por efectuar un canje entre las entidades que requieran ayuda pública, ya que las preferentes valen "muy poco" ahora. Con su recapitalización se prevé que estos títulos se revaloricen, con lo que la recompra sería más cara. Además, y en el caso particular de Novagalicia, se prevé que el banco retome los beneficios este año, con lo que estaría obligado a pagar el cupón trimestral a los clientes que se hicieron con este producto. "Bruselas pretende que las preferentes respondan como los accionistas, exactamente igual, y que asuman parte del coste del rescate", explica el experto Venancio Salcines, presidente de la Escuela de Finanzas.

Novagalicia tiene un saldo vivo de preferentes de 903 millones. Su valor real es complicado de saber dada la escasa liquidez del mercado secundario, pero algunas de las emisiones cotizan con un descuento de hasta el 65%. La recompra de las preferentes -siempre por su valor real de mercado- sería menos gravosa ahora para Novagalicia que en el futuro. Esta entidad y Catalunya Caixa plantearon esta posibilidad a Bruselas. En la Comisión tienen "dudas" de su viabilidad.

"La estrategia de Novagalicia es doble: la posible recompra y el arbitraje", explican otras fuentes financieras, aunque la mediación no es la solución "genérica", sino para parte de los afectados. "La lógica económica sería recomprarlas ahora para evitar un coste mayor en el futuro, teniendo en cuenta los intereses que se pagan a los tenedores y que no computa como capital de máxima calidad", coincide Salcines.

Para el economista coruñés, y "en un escenario normal", Novagalicia aguantaría la situación y destinaría sus beneficios a recomprar "poco a poco" este producto, pero no tiene tanto tiempo. "Si hay una recompra ahora lo que hace es quitarse la presión por el daño que este conflicto está generando en su imagen", sostiene.

El arbitraje se ha presentado como la opción estrella del Ejecutivo gallego, aunque en la entidad asumen que no va a ser la mayoritaria.