El impacto de la huelga general fue muy desigual en Galicia. Los sindicatos lograron paralizar prácticamente la actividad industrial -sobre todo en la primera mitad de la jornada-, los transportes y el tráfico portuario, mientras que la incidencia en el resto de sectores y en los servicios públicos fue inferior. Patronal y centrales sindicales coinciden en que la jornada transcurrió sin apenas incidentes de gravedad, aunque difieren sobre el seguimiento de la huelga: si para los sindicatos esta alcanzó el 90% -cinco puntos por encima de la estimación elaborada por Comisiones Obreras y UGT en Madrid para Galicia-, los empresarios reducen el impacto al 18%, casi la mitad que durante el paro de marzo.

Tanto los sindicatos como la patronal reconocieron que la mayor incidencia de la segunda huelga general en Galicia convocada contra las políticas del Gobierno de Mariano Rajoy se ha registrado en el sector industrial, sobre todo en la automoción y en la metalurgia, así como en los transportes, los puertos, el comercio y la hostelería.

La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) indicó que la incidencia fue importante en los principales núcleos urbanos de las provincias de A Coruña, donde el seguimiento llegó al 30%, y Pontevedra, donde alcanzó el 30%, sobre todo en Vigo. Pero redujo a una repercusión "mínima" la experimentada en las provincias de Lugo y Ourense, con incidencias del 10% y del 12%, respectivamente.

A pesar de que la huelga se convocó como medida de presión política contra el Gobierno, la CEG lamentó que parte de las consecuencias de la protesta "repercutirán sobre una actividad empresarial que atraviesa momentos especialmente complicados".

La patronal denunció también la "presión ejercida" por los piquetes informativos que "han obstaculizado, con especial insistencia en el primer tramo de la jornada, el derecho de los trabajadores y los empresarios a acudir a sus puestos de trabajo".

En el sector del comercio, la huelga general tuvo un seguimiento "desigual", según indicó ayer la Federación Gallega, que señaló que, en algunas ciudades, como el caso de Santiago de Compostela, llegó a estar todo "cerrado", mientras que en otras como A Coruña el 50% de los establecimientos permanecieron abiertos, aunque cerraban al paso de los piquetes.

Ya por la tarde, la Federación Gallega del Comercio aseguró que la normalidad había vuelto al sector y que, en las principales ciudades gallegas, alrededor del 95% de los establecimientos había abierto sus puertas. No obstante, la patronal del sector lamentaba que la afluencia de clientes era menor, con lo que avisó que se agrava "la difícil situación" que padece el sector.

En cuanto a la incidencia de la huelga entre los empleados públicos, la Xunta cifró en un 25% el seguimiento en la Administración autonómica y sus organismos dependientes. El seguimiento del paro en la Administración gallega y sus organismos dependientes fue un 10% inferior al que había computado la Xunta en la convocatoria del pasado 29-M.

La jornada de protesta ha sido secundada en los centros asistenciales del Servizo Galego de Saúde (Sergas) y en los servicios centrales de la Consellería de Sanidade y estructuras periféricas por el 22,27% de los trabajadores. En el ámbito de la Justicia, la participación en el paro fue del 27,53%, también con un cumplimiento total de los servicios mínimos, al igual que en la enseñanza, donde el porcentaje de participantes en la huelga ha sido del 25,82% del personal (del 27,08% en la pública y del 7,75 en la concertada).

Los juzgados de Vigo no llegaron a paralizar su actividad, aunque sí se registró una menor afluencia de personas y se suspendieron algunos juicios. En general, se han mantenido los servicios mínimos prefijados, salvo algunos incumplimientos en la recogida de basuras de ciudades y en el transporte.