"Una asamblea histórica en el sector financiero gallego" con más de mil quinientos empleados de Novagalicia facultó ayer a sus representantes sindicales para convocar una huelga en la entidad si las negociaciones para frenar o paliar el recorte de 2.500 empleos fracasan o se estancan. Antes, como medida de presión, protagonizarán "una gran manifestación" el día 12 de enero en Santiago y mantienen para el próximo lunes, en la mañana de la Nochebuena, las protestas ante las sedes de NCG Banco en Vigo, A Coruña, Ourense y Lugo.

Los sindicatos esperan la llamada del banco pero advierten de que tras recibir el respaldo "masivo" de la plantilla se reafirman en su decisión de no sentarse a negociar "sin información y si antes no se reúnen con el FROB, que es el dueño de la entidad", anunció ayer José Ramón del Pliego, de UGT.

El banco ya les convocó en dos ocasiones y en las dos la representación de la plantilla no acudió porque el FROB no les recibió y porque no se les facilitó información previa. "Queremos negociar empleos, no despidos", apuntó Clodomiro Montero, de CIG, que aseveró que en la reunión no se abordaron las condiciones de las salidas de empleados.

El "primer" acuerdo que tomó ayer la asamblea fue "por unanimidad exigir la devolución total del dinero que los ahorradores metieron en preferentes y subordinadas", adelantó Carlos Peso, de Csica. "Los clientes nos dan de comer y siempre nos han sido fieles. No podemos fallarles", remarcó.

La cita convocada ayer a las afueras de Santiago en un restaurante superó las expectativas de los sindicatos. Habían reservado una gran sala, ochocientas sillas y fletado doce autobuses. Al final, mil quinientos empleados de toda Galicia se reunieron durante dos horas para debatir su futuro.

La reivindicación fundamental de los trabajadores de Novagalicia se resume en un "queremos saber qué va a pasar con nosotros y la caja". La "incertidumbre", que se prolonga ya por "dos años", como aseguraba ayer Abelardo, de Ferrol, se va con ellos para casa, "día a día". "Cada día nos desayunamos con algo nuevo en el periódico. Un día dicen una cosa y otro, otra", decía.

Mientras los más jóvenes confesaban que ya barajan alternativas por si quedan incluidos en el ERE -todos lamentan que no expliquen los "criterios" con que se hará-, otros preferían "no pensar en el por si acaso". "Llevamos tanto tiempo con la incertidumbre que ya intentamos aparcarla a un lado porque, si no, no se vive", comentaba María, de Lugo. Y las familias no se libran. "Soportan la presión que llevamos de la oficina", lamentaba Manuela, de Ourense, una carga que se hace mayor en Navidad. "Estas fechas acentúan lo malo y lo bueno", concedía Isabel, de Lugo.