El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) prepara su desembarco en Banco Gallego, la entidad participada al 49,85% por Novagalicia que el Estado pretende vender antes de mayo o someterla a una liquidación ordenada.

El órgano estatal aprovechará la junta de accionistas de la entidad convocada para el próximo martes para nacionalizar el banco presidido por Juan Manuel Urgoiti a través de una operación acordeón que obligará al resto de los socios a perder su capital.

El FROB anunció ayer que en la junta de accionistas se aprobará una reducción del capital del Gallego para asumir las pérdidas que acumula -275 millones hasta octubre- seguida de una posterior ampliación de capital. El fondo de rescate utilizará el derecho de suscripción preferente para inyectar 80 millones de euros y hacerse así con el control accionarial del banco. En eso consiste la operación acordeón. Una vez cerrada esta maniobra, el Estado se convertirá en el máximo accionista del banco y el resto de los socios perderán su capital en la entidad, igual que los 19 empresarios e inversores gallegos que hace un año invirtieron en NCG y preparan una demanda contra el FROB.

El accionariado del Gallego se reparte entre NCG (49,85%, ahora en manos del fondo bancario); Epifanio Campo (11,58%), Javier Ungría (11,48%), Juan Manuel Urgoiti (7,41%), BNP Paribas (3,13%), Ramón Bahamonde (3,65%) y Amancio Ortega (2,46%). Todos rechazaron el pasado mes de junio acudir a una ampliación que aspiraba a captar 297,6 millones de euros. El Gallego declaró pérdidas de 275 millones hasta octubre tras realizar saneamientos, y tenía un déficit patrimonial superior a los 9 millones de euros.

La operación no se hará para reforzar la presencia de Novagalicia en la entidad con sede en Santiago, sino todo lo contrario. NCG remitió ayer un comunicado -antes que el FROB- en el que indicó que "prevé la venta en el corto plazo de su participación en Banco Gallego".

La información se conoció ayer a través de dos notas similares. Primero fue NCG Banco quien, a través de la CNMV, recordó que dentro de su plan de reestructuración está obligado a desprenderse de todas sus participadas (antes de 2016), incluido Banco Gallego. Pero en esa nota solo dejó caer que no suscribiría la ampliación de capital, sin más detalle. Fuentes del banco atribuyeron el comunicado a un requisito "formal" para "comunicar formalmente a los accionistas nuestra posición".

A última hora de la tarde se pronunció el FROB. En un comunicado para explicar el futuro de la entidad, advierte a los accionistas de que una vez que se convierta en el accionista mayoritario de Banco Gallego, podrá decidir vender no sólo el 49,85% que controla a través de Novagalicia sino toda la entidad a un comprador.

El organismo menciona expresamente la ley 9/2012 de 14 de noviembre -la que desarrolla el decreto de reestructuración financiera de agosto con las normas del rescate europeo- para dejar claro a los accionistas que esta norma le faculta para vender la entidad sin necesidad de consultarles, o de cumplir otros "requisitos de procedimiento exigidos en materia de modificaciones estructurales de las sociedades mercantiles". Es un aviso a navegantes para evitar conflictos como el que el FROB afronta con los que fueron accionistas de NCG hasta que el rescate europeo los desalojó de su capital.

¿Qué pasará con Banco Gallego? El FROB pretende venderlo en un procedimiento "que asegure la concurrencia" pero tiene una fecha límite, prevista en el term sheet (el pliego de términos incluido en el plan de recapitalización de NCG). La fecha tope para la venta es el próximo mes de mayo. Si no consigue hacerlo, el banco será sometido a una liquidación ordenada (orderly winding down, según el pliego de términos), un proceso complejo y largo que supondrá que el banco será desmantelado poco a poco, con la transmisión de sus obligaciones y negocio a otras entidades.