Desde 1998, el Gobierno gallego cuenta con su una sociedad de capital riesgo. Sodiga, que veinte años antes naciera como sociedad anónima convencional y con la que la Xunta instrumentaliza créditos participativos y compra acciones de empresas que no cotizan para ayudarles en sus objetivos de crecimiento.

Con la crisis, aquí también llegaron los números rojos. Porque la administración autonómica está obligada a repercutir el deterioro del valor de sus participadas, como la banca hace con su cartera industrial. En los últimos años, hasta 2012, Sodiga arrastra 52,7 millones de euros en pérdidas. El presupuesto de la sociedad preveía para 2013 la misma tendencia, con otros 5,536 millones de euros más y beneficios de 472.000 euros este año. "La valoración contable de Sodiga se hace aplicando los criterios de prudencia establecidos en la normativa contable-explican desde la Consellería de Economía e Industria-. El valor de la cartera se recuperará en la medida en que mejore la situación económica y, con ella, la situación de algunas empresas que están atravesando dificultades".

El matiz de "algunas" es relevante. Porque en no pocos casos la recuperación parece imposible. Los 6,2 millones de euros tasados para Eduardo Vieira, por ejemplo. A cero quedaron también los 3,2 millones en títulos de Caramelo, los 6,9 millones en Filmax y 3,4 de los 4,5 del Grupo Copo.