Objetos, desde electrodomésticos a ropa o calzado, que antes de la crisis se habrían tirado sin darle demasiadas vueltas tras sufrir un desperfecto, merecen, en época de crisis, una segunda oportunidad. El Instituto Nacional de Estadística constata que, pese a que en general las familias gallegas se lo piensan mucho más a la hora de afrontar cualquier desembolso en productos nuevos que no sean imprescindibles -el recorte de gasto en los hogares cayó un 4,1% en 2013, el más elevado desde 2008-, las partidas destinadas a reparaciones -de vivienda, electrodomésticos o vehículos- se han incrementado.

Si en 2012 cada hogar desembolsaba de media 45 euros en arreglar electrodomésticos -desde frigoríficos a lavadoras, pasando por el horno o el lavavajillas-, el año pasado la cifra se elevó en seis euros, lo que supone un 13,5% más. Lo mismo ocurrió en las reparaciones de vivienda, donde la inversión subió un 17,4%, y en las de vehículos, donde la subida fue del 7,7%.

El INE no ofrece datos del dinero destinado por cada familia en el zapatero desde 2009, cuando la inversión por hogar ascendía a 7,27 euros, pero sí da cuenta, hasta 2012, de las cuantías para sufragar los arreglos de ropa, un capítulo donde los gallegos se gastaron entonces un 62,5% más que en 2009, hasta los 25,85 euros por hogar.

La resurrección de las reparaciones devuelve la vida al sector. Una guía editada por la Xunta en 2012, Emprender en tiempos de crisis, constataba ya que cuando la situación económica es menos generosa, se intenta "alargar" la vida de ciertos productos que en épocas de vacas gordas muchas veces no se duda en reemplazar y destacaba cómo la demanda se había incrementado "en negocios dedicados a la reparación", desde talleres de automóviles a los arreglos de ropa o de calzado.

El consumo de productos nuevos se reduce -las ventas del comercio minorista descendieron un 5% en 2013 por sexto año consecutivo-, mientras se opta por reutilizar. Se multiplican en internet las páginas con sugerencias para buscar nuevos usos de un artículo o para ilustrar sobre las numerosas posibilidades del hazlo tú mismo. De hecho, el sector del bricolaje y ferretería cerró 2013 con un incremento en sus ventas de un 1% en España.

Pero no son los únicos recursos a disposición de las familias para capear la crisis. En los últimos años también se ha notado un incremento de la compra de artículos de segunda mano. No solo aumentaron los establecimientos a pie de calle para abastecer una demanda creciente, sino en internet, para promover los intercambios entre los propios interesados. Según un estudio elaborado por un portal de anuncios gratuitos de compraventa publicado esta semana, en España se venden objetos usados por más de 2.300 millones de euros, sobre todo ropa y complementos, muebles y teléfonos móviles. Desde 2008 a la actualidad, el número de personas que buscan, compran y venden artículos usados se ha duplicado y la oferta, cuadruplicado.