Representantes de 200 grupos contrarios a la fractura hidráulica -más conocida como fracking- se manifestaron ayer ante el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para denunciar el impacto de esta técnica y exigir su "inmediata prohibición" en cualquiera de sus formas. A falta de tres meses para los comicios generales, el portavoz de este movimiento, Esteban Domenech, subrayó además la necesidad de ratificar el compromiso de una veintena de partidos para que en sus programas veten el fracking, una postura que confirmaron minutos después en una reunión en el Congreso de los Diputados.

La fracturación hidráulica o fracking consiste en inyectar agua y productos químicos a gran profundidad para romper la roca de pizarra que alberga gas o petróleo, una práctica que, aseguran sus detractores, tiene "efectos perniciosos" no solo en el medio ambiente sino también en el tejido socioeconómico del entorno en que se desarrollan estos proyectos.

El encuentro entre los críticos con el fracking y los partidos políticos en el Congreso se saldó con la ratificación del compromiso de vetar en sus próximos programas electorales la técnica de fractura hidráulica. Fuera de este acuerdo solo quedaron PNV, UPyD, PP y CiU.

Mientras, entre las formaciones que rechazan esta forma de búsqueda de petróleo y gas -algunas sin representación parlamentaria- figuran Podemos, Ciudadanos, PSOE, Izquierda Plural, Coalición Canaria, Equo, Amaiur, CHA, el Partido Animalista (Pacma), Los Verdes y Esquerra Republicana.