A Coruña estará en 2020 más protegida que nunca ante un apagón por la caída de algún tendido eléctrico. El Ministerio de Industria acaba de aprobar la planificación de la red de transporte eléctrico diseñada por Red Eléctrica de España (REE), que prevé obras en Galicia por 308 millones de euros durante los próximos cinco años y que incrementará la capacidad de abastecimiento de la ciudad en al menos un tercio sobre la actual. Esto será posible gracias a la construcción de una nueva subestación en el municipio de Abegondo desde la que se tenderá una línea de alta tensión de 220 kilovoltios (kV) hasta Eirís de doble circuito; una suerte de ida y vuelta.

La nueva línea se une a la que ya existe desde la subestación de Mesón do Vento (Ordes) a Eirís, también de 220 kV pero de un solo circuito. Desde el centro de la localidad ordense -uno de los más importantes nudos de las conexiones eléctricas de Galicia- existe otra línea a dos subestaciones situadas en importantes centros de generación, Meirama y Sabón y desde el polígono arteixán continúa a la subestación 2 de A Grela y de allí, al puerto coruñés y a Eirís. Existe otra además únicamente conectada con Sabón, donde Gas Natural Fenosa tiene una central.

El nuevo tendido se enganchará con la subestación de Eirís, construida hace ahora dos años, y cuyo tendido hacia la ciudad se soterró en marzo pasado, con la retirada de la torre de alta tensión del Castro de Elviña.

La subestación de Abegondo será doble, de 220 kV y 400 kV. La primera es la tensión que tendrá la línea hacia A Coruña y la segunda, la que tiene una de las tres autopistas eléctricas que atraviesan Galicia y que une Mesón do Vento con As Pontes, donde se encuentra la central de Endesa. Con esta obra A Coruña diversificará sus líneas de transporte de electricidad y pondrá fin a su dependencia de la subestación de Mesón do Vento, un enorme nudo de 220-400 kilovoltios que alberga además uno de los centros de mantenimiento de las redes de transporte de Galicia.

Y es que la línea de 400 kilovoltios a la que se enganchará la nueva subestación de Abegondo conectará además con la subestación de Boimente (en Lugo), de la que parte el gran eje cantábrico (también de 400 kV), uno de los tres que Galicia tiene con el resto de España y que permiten el intercambio de la electricidad entre la comunidad y la meseta.

La planificación de la red de transporte de electricidad que Industria acaba de aprobar es un documento que recoge las obras a realizar por REE, el organismo que opera esas redes, y se encarga de que la electricidad que demandan todos los consumidores españoles case a la perfección y en cada momento de los 365 días del año con la que se genera en las diversas centrales. Es la única forma de que la red no colapse y dé respuesta a cada una de las necesidades de los hogares y empresas.

REE está obligada a cumplir con todos los proyectos que recoge en esa planificación para toda España el Ministerio de Industria, aunque el documento es "participativo", dado que se elabora de acuerdo con las comunidades autónomas, Red Eléctrica, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) y el Ministerio de Agricultura, y luego es aprobado por el Gobierno en el Consejo de Ministros. La edición de 2015-2020 fue validada el viernes pasado. Esta planificación justifica el proyecto en la necesidad de garantizar el suministro de A Coruña y su comarca.

Pero ¿cuándo se ejecutará la obra? El plazo es extremadamente difícil de calcular, aunque fuentes de REE confían en concluir el proyecto en 2020. La dificultad de estas infraestructuras no estriba en su construcción, que es rápida, sino en la larga tramitación administrativa que llevan aparejada, con la participación de diferentes administraciones que tienen que emitir diversos informes y autorizaciones antes, entre ellos, los de impacto medioambiental. De hecho, hay proyectos en zonas de España que estuvieron bloqueados lustros.

Las obras previstas en Galicia dentro de la planificación de Industria no sólo responden a la demanda de abastecimiento del usuario final, sino también a la necesidad de la evacuación de centrales generadoras -actualmente, con el desarrollo eólico, muy necesarias- y a la electrificación de las vías para el desarrollo del AVE.