Los representantes del sindicato UGT en las fábricas españolas de la aluminera Alcoa -la coruñesa de A Grela, la lucense de San Cibrao y la asturiana de Avilés- defendieron ayer en A Coruña la posibilidad de nacionalizar las plantas como respuesta al "continuo chantaje" de la multinacional -con "amenazas de cierre"- y a las "nulas inversiones" realizadas en las tres factorías en los últimos años. Miembros de los comités de empresa de los centros de trabajo y distintos representantes de la federación de Metal, Construcción y Afines (MCA) de UGT analizaron entre el martes y ayer la situación de la industria española y llegaron a la conclusión de que esa nacionalización sería una de las formas de acabar con la "estrategia ruin de Alcoa, con constantes amenazas de cierre de plantas". "Eso no es jugar limpio. La empresa compró Inespal en 1998 muy barata, la está desmantelando y no hace inversiones ni de mantenimiento", lamentó el responsable federal de MCA-UGT, Ignacio San Miguel. "Vamos a analizar internamente, en el sindicato, la posibilidad de la nacionalización con la idea de planteárselo también a CCOO y ver si la idea tiene calado. En ese caso, pediremos al Gobierno que nacionalice las tres plantas que Alcoa tiene en España", añadió .

El coordinador de MCA-UGT en Alcoa España y presidente del comité de empresa de la factoría de San Cibrao, José Luis Combarro, lamentó la incertidumbre actual sobre el futuro de las plantas y denunció que el análisis sobre la situación de las fábricas españolas que prometió la dirección de EEUU ya debería estar finalizado. "Estoy en el comité europeo de Alcoa y el pasado 15 de octubre se cumplió el mes de plazo que nos pidieron para completar el estudio. No nos dicen nada y creemos que tiene que ver con que hay elecciones el próximo 20 de diciembre", relató Combarro.

El secretario general de la federación del metal de UGT en A Coruña, Roberto Teijido, fue más allá: "Parece como si el Gobierno pidiese a Alcoa que espere para anunciar algo drástico porque le puede afectar en las elecciones".

Lo que tienen claro todos los representantes del sindicato es que el sector del aluminio tiene futuro, tal como le transmitieron los compañeros de las plantas de Alicante y Amorebieta que Alcoa vendió a la multinacional Aludium, que también participaron en el encuentro de representantes sindicales. "El sector del aluminio va a seguir en auge y la demanda de aluminio será cada vez mayor. Lo que se necesita son unos precios de la energía competitivos e inversiones, porque con inversiones hay futuro", sentenció Combarro. Este sindicalista denunció que Alcoa apenas realizó inversiones en las plantas de A Coruña y Avilés (están al 66% de producción) en los últimos años ni siquiera de mantenimiento, por lo que los operarios "tienen que quitar piezas de las máquinas paradas y ponérselas a otras para que funcionen". "Es decadente", aseveró.

Una versión que confirmó el secretario general de la sección sindical de MCA-UGT en Alcoa Avilés, Daniel Cuartas: "Si hoy nos pidiesen poner al 100% de producción las fábricas, tardaríamos un año en lograrlo".

Los representantes de UGT consideran que el sistema de subastas de los incentivos eléctricos fue "una torpeza", especialmente al fijar menos bloques de 90 megavatios (MW) de los que precisan las empresas. "Con más bloques de 90 MW estarían obligadas a producir más aquí", sostuvo San Miguel, que lamentó que este año habrá 2.000 millones de euros de superávit en la tarifa eléctrica y que el Gobierno no sabe emplearlos "allí donde tienen más rendimiento".

Teijido, por su parte, aseguró que la Xunta tampoco hace la fuerza necesaria para "parar los pies" a Alcoa, y puso como ejemplo el cierre de Perfialsa en Arteixo. "Una planta que fue de Alcoa y que vendió a Sapa. La Xunta presentó dos ofertas para mantener la actividad en perfiles de aluminio y Sapa las rechazó. Dijo que achatarraría la maquinaria o la enviaría a Francia o Portugal pese a que se pagó con ayudas. La Xunta no defiende con fuerza la industria", concluyó el portavoz de MCA-UGT A Coruña.