Las reformas del mercado laboral enfocadas en una reducción de la protección de los trabajadores pueden tener efectos negativos a corto plazo para la economía cuando se aplican en periodos de crisis, al incentivar el despido, debilitar la demanda agregada y retrasar la recuperación, según advierte el Fondo Monetario Internacional (FMI), que aboga por dar prioridad a otras posibles medidas, como la reforma de los mercados de productos y servicios, así como la bajada de impuestos laborales y aumentar el gasto en políticas activas de empleo.

"Las reformas de los mecanismos de protección del empleo y los sistemas de prestaciones de desempleo tienen efectos positivos en los periodos de prosperidad, pero pueden debilitar la demanda agregada y tornarse contractivas durante los periodos de recesión", afirma la institución internacional en el tercer capítulo de su informe Perspectivas Económicas Mundiales.

El FMI señala que las actuaciones dirigidas a relajar la protección de los trabajadores pueden contribuir a mejorar las perspectivas de empleo de grupos infrarrepresentados como jóvenes con baja cualificación e inmigrantes, pero pueden tener "efectos imprevisibles" en el desempleo agregado al incentivar tanto la contratación como el despido, y subraya que su impacto variará en función del diseño y forma de aplicación.

Dudas sobre los incentivos

La institución considera que en el corto plazo el recorte de la protección de los trabajadores puede llevar a una acelerada reducción del tamaño de algunas empresas y al despido inmediato de empleados, mientras los incentivos a las nuevas contrataciones sólo serán alcanzados de manera gradual, lo que debilita la demanda y supone un impacto contractivo.

El FMI señala así que en periodos de dificultades estas medidas pueden resultar beneficiosas para las empresas de forma aislada, pero advierte que "el desencadenamiento de una ola de despidos, con la reforma de la protección del empleo debilita aún más la demanda agregada y retrasa la recuperación económica".