La firma del Tratado de Libre Comercio entre Europa y Estados Unidos (TTIP, por sus siglas en inglés) estará sujeto a que no se vean afectadas las líneas rojas marcadas por la Unión Europea, que tienen que ver con un mantenimiento de la calidad del empleo, la salud y el respeto al medio ambiente. Así lo aseguró ayer en Vigo, Jochen Müller, analista político de la representación de la Comisión Europea y experto en el acuerdo, que explicó que las pymes gallegas se abrirían al mercado estadounidense.

En un acto celebrado en la Cámara de Comercio de Pontevedra, Vigo y Vilagarcía de Arousa, Müller aseguró que las 300 pymes del textil gallego y las de automoción que trabajan para la planta del Grupo PSA en la ciudad olívica, serían un ejemplo perfecto de las que tendrían su oportunidad en EEUU.

En este sentido, aseguró que el TTIP servirá para bajar aranceles, evitar trabas administrativas y reducir la duplicidad de inspecciones que pasan los productos que se intercambian entre ambos continentes. El experto aseguró que es "complicado" pero no "imposible" que este tratado se apruebe antes de que finalice el año 2016, aunque dependerá también de lo que suceda con las elecciones del país americano. Müller espera que "los americanos se muevan" y pueda haber un mayor acercamiento. "Cooperar en la regulación y poner los estándares hoy es mucho mejor que dentro de 30 años estar obligados a correr detrás de los estándares que imponen los demás", dijo en referencia a países como China o India.

El experto entiende Europa necesita contar con un socio como EEUU, "con el que, aunque con diferencias, comparte maneras de hacer y valores". Reiteró sin embargo que su intención es llegar a un acuerdo "sin bajar los estándares laborales, medioambientales y fitosanitarios europeos"; y de hecho aseguró que Europa va a mantener "el principio de precaución: Demostrar que algo no es dañino antes de vender el producto en Europa". Müller aseveró que en torno al TTIP se generaron generado mitos que son "falsos", como que con este tratado los ciudadanos europeos van "a estar inundados por pollo tratado con cloro, con carne hormonada...". "La legislación europea no va a cambiar, hoy está prohibida la carne tratada con hormona y va a estarlo después de la firma", insistió.

El representante europeo criticó a quienes se oponen a un tratado que aún no existe, aunque entiende que genere preocupación. El objetivo, remarcó, es "crear oportunidades para empresas sin bajar estándares laborales, medioambientales y fitosanitarios".