En el año 1981 se logra un acuerdo para impulsar la libertad de acceso a las aguas comunitarias tras un acuerdo impulsado por Margaret Thatcher y Valery Giscard d'Estaing. Fue la base de la primera Política Pesquera Común, de 1983, que garantizó a Francia, Reino Unido, Dinamarca, Holanda, Bélgica y República Federal de Alemania sustanciosas cuotas de pesca en los mejores caladeros, sobre todo para merluza, gallo y rape. Los británicos resultaron beneficiados con un TAC de 6.200 toneladas de merluza frente a Irlanda aunque nunca había faenado allí. A día de hoy, con un 12% de la capacidad pesquera (España tiene el 22%), Reino Unido tiene el doble de cuotas que los buques españoles. Si se aprueba el Brexit, y como confirmaron fuentes del sector, Londres saldría de la Política Pesquera Común y tendría que renegociar un acuerdo bilateral como el de Noruega o las Feroe.

Extensión de su dominio

Reino Unido, ya fuera del régimen comunitario, podría extender 200 millas el dominio territorial de sus aguas cortando de raíz el pacto de 1981, a raíz del cual se estableció para toda la UE el afamado criterio de estabilidad relativa (sistema de reparto de cuotas, fijado en 1986). La mayor parte de los buques gallegos que faena en Gran Sol -hay 84 de bandera española en el caladero,- lo hace en aguas irlandesas. Fuentes de los armadores gallegos sitúan "entre cinco y diez" los buques que operan en aguas británicas. Los representantes de la flota gallega, no obstante, creen que no se aprobará el Brexit y, en el peor de los casos, "sus consecuencias no serían inmediatas".