Christina Hajagos-Clausen, directora del sector del textil y confección de la federación de sindicatos de ámbito mundial IndustriALL, defendió ayer en A Coruña la firma de un pacto global vinculante para asegurar un nivel salarial justo y unas condiciones laborales dignas en las empresas proveedoras del textil, una industria que factura "miles de millones de euros" al año pero se abastece cada vez más lejos, en fábricas situadas a miles de kilómetros de los centros de decisión de las empresas y con condiciones laborales pésimas.

Hajagos-Clausen, que intervino en el acto de clausura de la cátedra Inditex de responsabilidad social corporativa de la Universidade da Coruña, dejó claro que la mejor manera de buscar una industria de la confección "estable y justa" es mejorar los salarios de los trabajadores. "Hay empresas que se han sentado con IndustriALL y los sindicatos para resolver este asunto", que reconocen su responsabilidad más allá de "contribuciones filantrópicas", dijo durante su participación en el ciclo de charlas En Código Abierto.

La portavoz de la federación de sindicatos que representa a 50 millones de trabajadores en todo el mundo detalló que el sector está ahora en una encrucijada en la que lograr un cambio colectivo pasa por que la responsabilidad social corporativa "no puede ser voluntaria en la cadena de suministro del textil". "Una empresa, una marca no puede ser una isla dentro de una cadena global", clamó en referencia a que la mayor parte de las fábricas de países que concentran el grueso de la producción textil, como China, Bangladesh o Indonesia, elaboran prendas para muchas marcas y el control que pueda hacer una de ellas se diluye. Hajagos-Clausen se lamentó de que muchas industrias dicen desconocer la situación laboral de los trabajadores, pero son capaces de definirlas con sus exigencias a la cadena de suministro: plazos de producción muy ajustados, cambios constantes de la producción, precios...

La portavoz sindical puso como ejemplo el acuerdo vinculante firmado por una veintena de multinacionales del sector, el Gobierno de Bangladesh, IndustriALL, UNI Global Union y auspiciado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) después del desastre del Rana Plaza, el edificio de Daca que contenía fábricas textiles que se derrumbó en abril de 2013 y dejó un saldo de 1.130 muertos y casi 2.500 heridos. Ese pacto comprendió compensaciones para las víctimas, pero también un compromiso vinculante en el que empresas y sindicatos colaboran para el desarrollo de inspecciones independientes en materia de seguridad laboral y la elaboración de informes sobre la situación de los trabajadores. Desde entonces, 1.500 empresas fueron inspeccionadas, el 56 % de irregularidades fueron subsanadas y se publicaron 1.452 informes, con datos que hasta ahora eran "insólitos".

A falta de una regulación global que asegure las condiciones laborales y salariales de los empleados de fábricas proveedoras del textil, IndustriALL defendió ayer la firma de pactos "ejecutables" como los 47 acuerdos marco firmados en todo el mundo que garantizan los derechos laborales y de negociación colectiva de 3 millones de trabajadores en todo el mundo. 1,4 millones están vinculados con Inditex y otros 1,6 millones con H&M. "Estos acuerdos han sido cruciales para la resolución de conflictos en las cadenas de suministro en diferentes países del mundo", proclamó ayer Christina Hajagos-Clausen en el Paraninfo del Rectorado coruñés.

La portavoz sindical dejó claro que la central "no señala nombres de empresas", sino que trabaja con aquellas dispuestas a comprometerse en la mejora de las condiciones laborales.

El presidente del Consello Social de la Universidade -y secretario del consejo de Inditex, Antonio Abril- que intervino al cierre del acto defendió la colaboración entre "muchos actores" como única forma de que la sociedad "alcance el bienestar social común". "El conflicto y el enfrentamiento tienen que dejar paso en el mundo global que vivimos a una colaboración franca y leal entre los sectores implicados, en la que cada parte reconozca la necesaria aportación de las otras en la creación de valor social y la imprescindible colaboración en un marco de respeto mutuo en favor del interés general".

El rector de la Universidade da Coruña, Julio Abalde Alonso, mostró por su parte su "orgullo" de albergar la cátedra Inditex que convierte al centro coruñés en una referencia en España en estudios e investigación sobre responsabilidad social corporativa.