CaixaBank obtuvo un beneficio atribuido de 638 millones de euros en el primer semestre del año, lo que supone un 9,9% menos respecto al mismo periodo del año pasado, que incluía "impactos singulares" asociados a la integración de Barclays Bank. La entidad destacó que el resultado antes de impuestos se situó en 888 millones, un 59,4% más en comparación con los 557 millones obtenidos en el primer semestre de 2015, y el resultado del negocio bancario y asegurador ascendió a 943 millones.

El consejero delegado del banco, Gonzalo Gortázar, explicó ayer que la entidad no prevé "cambios drásticos" en su red de oficinas, aunque señaló que está inmersa en un proceso de concentración de oficinas en núcleos urbanos. Gortázar remarcó que la red de sucursales es "absolutamente clave" para su negocio, aunque indicó que la tendencia es que aporten un servicio de cada vez más valor añadido y de asesoramiento.

El directivo auguró además que los tipos de interés van a permanecer en niveles muy bajos "durante mucho tiempo" y vaticinó que podrían estar en negativo durante prácticamente diez años, ante lo que aseguró que la entidad no se plantea necesariamente subir las comisiones a sus clientes para compensarlo.

En cuanto a ImaginBank, el banco exclusivamente para el móvil que CaixaBank lanzó a principios de año, Cortázar detalló que acumula en sus primeros seis meses de vida 130.000 descargas de la aplicación y cuenta con 70.000 clientes operativos. El directivo de la entidad financiera catalana aseguró que el enfoque "no es ser el mayor banco de mobile only del mundo, sino el mejor".