El envejecimiento no es solo un reto social. La necesidad de reforzar la atención a la gente mayor y evitar la brecha generacional. Es también una asignatura pendiente desde el punto de vista económico porque la falta de relevo afecta de lleno al mercado laboral. Galicia no deja de perder población activa. En 2015 cumplieron 16 años 20.800 personas mientras que los que alcanzaron los 65 años ascendieron a 33.601. "Lo que supone una reducción en la población potencialmente activa de 12.801 personas", señala el anuario económico de Abanca. Sin embargo, junto con la estructura demográfica, "la caída de la población activa parece estar vinculada a las variaciones residenciales". Es decir, a los flujos migratorios.

"El saldo neto en 2014 en el tramo de edad entre 24 y 54 años, edad de máxima actividad, según la encuesta de movimientos migratorios fue de casi 4.000 personas, lo que supone una importante contracción de la población activa, explicando más del 30% de caída", señalan los expertos, que inciden además en que los efectos de las emigraciones podrían notarse más a largo plazo porque las salidas a otros países están protagonizadas por gente joven, sin su familia, que sí podría dar el salto para el reencuentro en los próximos años.