El presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, mostró ayer su confianza en lograr un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre las medidas para aliviar la deuda pública griega que permita que la institución presidida por Christine Lagarde forme parte del rescate de la economía griega. "Por supuesto espero y estoy trabajando para [lograr] un acuerdo hoy (por ayer) pero no será el acuerdo final. Siempre hemos dicho que la decisión concreta final sobre medidas adicionales para el alivio de la deuda vendrá al final del programa", explicó.

El objetivo de la reunión es alcanzar un acuerdo político para cerrar la segunda revisión del rescate, que se retrasa desde hace meses, y para ello los ministros y los acreedores de Atenas tienen que verificar que las acciones prioritarias que acordaron a principios de mayo han sido adoptadas correctamente por el Gobierno.

El Gobierno izquierdista de Alexis Tsipras aprobó el jueves pasado en el parlamento de Atenas un nuevo paquete de medidas de austeridad (otro recorte de las pensiones y más subidas de impuestos) que se aplicarán en 2019 y 2020, una vez finalizado el actual tercer rescate del país, para ahorrar el equivalente a un 2% adicional del PIB nacional.

El Gobierno de Syriza supedita la entrada en vigor de estas medidas a que los acreedores (FMI, CE, BCE y MEDE) alivien la deuda del país y a su vez cumplan el compromiso de permitir que Grecia pueda revertir en medidas sociales y políticas de estímulo los logros que obtenga con la disciplina fiscal.

La complicación está en las posiciones discrepantes entre los acreedores, y entre estos y Atenas.