Una de las críticas frecuentes que recibe la idea de una renta básica es que el pago de una prestación así desincentivaría el trabajo. Esto es, habría un número relevante de personas que optaría por no trabajar y vivir del subsidio. Es uno de los aspectos que se analizan en los ensayos de Holanda y Finlandia. Según estudios recientes, no hay por ahora evidencia científica de que se produzca una reducción de la oferta de trabajadores, aunque sí se han observado tendencias a trabajar menos horas o a realizar tareas no remuneradas, aunque socialmente beneficiosas. Sí es dominante entre los expertos la opinión de que la prestación universal daría al trabajador más capacidad para negociar mejores salarios y "más libertad" para rechazar contratos precarios, lo que llevaría asociado un aumento de costes laborales.

Riesgo inflacionario

Algunos economistas aluden también al riesgo inflacionario, aunque otros replican que tal amenaza no es real porque no aumenta la masa monetaria. Los defensores de la renta básica alegan también que con regulación adecuada (requisitos de residencia y otros) se controlaría el efecto llamada que la renta básica pudiera tener para los ciudadanos de otros países.