Los trabajadores del sector siderometalúrgico de la provincia de A Coruña volvieron a secundar ayer de forma mayoritaria la que es ya la sexta jornada de huelga en apenas un mes para reclamar un convenio colectivo "digno". Los sindicatos se mostraron satisfechos con la participación en el paro de 24 horas y en las manifestaciones convocadas en las tres ciudades coruñesas -A Coruña, Santiago y Ferrol- y explicaron que sopesan endurecer las protestas a partir de septiembre si en las próximas semanas no hay avances en la negociación del convenio. El anterior caducó en 2014 y la ausencia de uno nuevo provoca que casi 20.000 profesionales de la provincia permanezcan con los sueldos congelados y con las mismas condiciones laborales.

El último encuentro entre patronal y sindicatos fue el martes de la semana pasada y desde entonces la parte empresarial no se puso en contacto con los representantes sindicales, por lo que estos amenazan con endurecer las protestas si la patronal no abandona el inmovilismo. De hecho, algunos sindicalistas acusan a los empresarios de mantener "una estrategia de desgaste", de esperar a que el apoyo de los trabajadores a los actos reivindicativos baje para "ganar la batalla sin hacer nada". Algo que, según los representantes de los trabajadores no ha ocurrido.

"La participación aumentó levemente y eso nos sube la moral y nos anima a seguir en esta línea", explicó el secretario comarcal de CIG-Industria en A Coruña, Eduardo Caamaño, que detalló que ayer pararon todas las grandes empresas del sector, la mayoría de concesionarios con taller de reparación de vehículos de los principales polígonos de la provincia y también firmas auxiliares más pequeñas que en otras ocasiones no habían parado. "En la jornada de hoy [por ayer] se sumaron empleados del polígono de Bértoa, en Carballo, que acudieron a la manifestación de A Coruña, por lo que contó con más participación que la anterior", añadió el sindicalista de la CIG.

Varios centenares de trabajadores del metal coruñés marcharon por las calles de A Coruña -desde la plaza de Pontevedra hasta la plaza de Luis Seoane, donde está la sede de la Confederación de Empresarios de A Coruña- para exigir un convenio colectivo "digno", que acabe con la "precariedad" en el sector mediante la fiscalización de la mutuas, la limitación de las contrataciones a través de empresas de trabajo temporal y la subrogación de trabajadores, los puntos conflictivos en la negociación.

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El metal coruñés amenaza con endurecer las protestas

En la protesta de ayer participaron trabajadores de Barloworld Finanzauto, la distribuidora en España de maquinaria pesada para obras de la marca Caterpillar, que presentó en junio un despido colectivo para 192 trabajadores en España -aunque en la negociación del ERE rebajó la cifra a 118-, 12 de ellos del centro que la compañía tiene en Bergondo (A Coruña).

En Santiago, los trabajadores marcharon desde el polígono del Tambre hasta la zona vieja de la ciudad, donde tiene su sede la patronal gallega. Mientras, en Ferrol hubo una concentración en el polígono de A Gándara, donde los empleados celebraron una asamblea.

Los sindicatos aseguran que entre los propios empresarios hay desunión y afirman que algunos "no entienden" la estrategia de los negociadores. "Están perdiendo mucho dinero con estas jornadas de huelga y algunos estarían por la labor de llegar a un acuerdo. Pero claro, también hablamos de empresas muy diferentes", explicó Caamaño.

La siguiente jornada de huelga convocada en el sector es la del próximo jueves, día 20. Los sindicatos creen que el parón que suponen las vacaciones en agosto es un hándicap para preparar más movilizaciones, por lo que apuestan por retomarlas con fuerza a partir de septiembre.