El presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, destacó ayer en A Coruña que la entidad cameral local es "un ejemplo" para el resto de entidades del país en cuanto a que es necesario "trabajar y servir" a los empresarios del entorno y destacó la labor del expresidente de la Cámara de A Coruña, Marcelo Castro-Rial, por ser capaz de impulsar la institución en momentos "de mucha dificultad". "El Gobierno de Zapatero les quitó la financiación [a las cámaras de comercio] y la entidad supo adaptarse", destacó Bonet en su intervención tras entregar la Medalla de Oro de la Orden de la Cámara de España al exlíder del ente coruñés en reconocimiento a su labor al frente de la institución.

El también presidente de Freixenet aludía a la decisión del último Gobierno socialista de suprimir las cuotas obligatorias de las empresas a las cámaras de comercio, algo que provocó dificultades económicas en muchas de ellas. La de A Coruña, sin embargo, ha recibido numerosos elogios en los últimos años por su buena evolución y gestión.

Bonet destacó que las entidades camerales desarrollan "funciones públicas", por lo que defendió que reciban "una contrapartida de alguna forma" tras el decreto que eliminó la financiación pública. "En eso se está trabajando en los distintos territorios. Todo el sistema cameral es fundamental, necesario, para las empresas y para la sociedad", defendió este empresario catalán.

Sobre la situación de las cámaras de España -que cuenta con 85 y 37 en el exterior-, el presidente del organismo que las agrupa aseguró que la situación es asimétrica. "Hay cámaras que han superado las dificultades, que han llegado al equilibrio e incluso al superávit, y otras son deficitarias y se buscan la vida con la ayuda de las correspondientes administraciones tutelantes. En algunas tienen que intervenir", detalló Bonet ante los medios.

El presidente de Freixenet también se felicitó porque cada vez son más las empresas que apuestan por la internacionalización apoyadas por las cámaras de comercio, un respaldo que considera "clave". "Las pymes hace diez años no querían salir y 300.000 se han quedado en la cuneta con la crisis, pero eso les ha enseñado que las que estábamos fuera sobrellevamos mejor la situación", concluyó Bonet.