El recibo de la luz apunta a un importante descenso en este mes de enero, después de haberse abaratado en las dos primeras semanas de 2018 casi un 10% con respecto al mismo periodo del pasado mes de diciembre, atemperado por la fuerte presencia del viento. La factura media para un consumidor doméstico ascendió en estas dos primeras semanas de enero a 31,10 euros, lo que supone un 9,7% menos que en los primeros 14 días de diciembre. Con respecto a enero del año pasado, mes en el que el precio de la electricidad se disparó, aunque especialmente en su segunda quincena, este descenso en el recibo es aun mayor, abaratándose más de 11%.

Este recibo de la luz corresponde a un consumidor medio similar al utilizado por el Ministerio de Energía en sus cálculos, con una potencia contratada de 4,4 kilovatios (kW) y una demanda anual de 3.900 kilovatios hora (kWh), propia de una familia con dos hijos. Así, la factura de la luz apunta a que arrancará 2018 dando un momentáneo ligero respiro a los consumidores, después de que cerrara 2017 con un encarecimiento de en torno al 10%, casi 80 euros más.

El precio de la luz en el mercado mayorista, el conocido como pool, marcó en estas dos primeras semanas de enero una media de 46,40 euros por megavatio hora (MWh), casi un 20% inferior a lo que cerró el pasado mes de diciembre (57,94 euros por MWh) y casi un 30% por debajo de lo registrado en las primeras dos semanas del mismo mes de 2017.

El pool funciona de forma marginalista, de modo que las tecnologías entran por orden de coste y la última de ellas en participar, la más cara, marca el precio para el conjunto. Este precio mayorista de la electricidad tiene un peso cercano al 35% sobre el recibo final, mientras un 40% son impuestos.