El Tribunal Supremo desestimó el recurso planteado por varios exaccionistas del Banco Gallego -incluidos su expresidente, Juan Manuel Urgoiti, el empresario Manuel Añón y los herederos de Epifanio Campo- que reclamaban una indemnización del FROB por responsabilidad patrimonial por anormal funcionamiento en las actuaciones que acabaron con la disolución de la entidad tras una operación acordeón que evaporó sus títulos.