Con el grifo de la financiación cortado a raíz del concurso de acreedores de su matriz en Estados Unidos, Toys 'R' Us Iberia (su filial en España y Portugal) se impone un férreo control de gastos para poder asegurar el pago de nóminas a los cerca de 80 trabajadores con los que cuenta en sus tres establecimientos de Galicia (en A Coruña, Lugo y Vigo).

La compañía ha dejado de comprar productos para sus establecimientos en España y centra todos sus esfuerzos en la venta del stock que acumula para obtener la liquidez necesaria con la que afrontar el pago de los salarios, que, según recalcan fuentes de Comisiones Obreras, hasta ahora se están haciendo "al día" y sin ningún tipo de retraso.

Toys 'R' Us se autoimpone un programa de contención de gastos hasta que se despeje su futuro. La dirección trasladó al comité intercentros que ya había encargado al banco de inversión Rotschild la búsqueda de empresas interesadas en la compra de su negocio en España (donde cuenta con 53 empresas) y Portugal, aunque estas gestiones tardarán, en principio, unos "dos o tres meses" en dar sus frutos.

Contactos preliminares

La cúpula de la juguetera no cuenta con recibir ninguna oferta antes del mes de junio, aunque sí afirma mantener contactos preliminares con "varias" empresas interesadas en hacerse con la histórica cadena.

Pero, hasta que esta no se concrete y pueda recibir financiación de nuevo, la firma se encomienda a la venta de existencias como tabla de salvación. "Es algo que genera bastante incertidumbre entre los trabajadores, como no podía ser de otra manera", reconocen fuentes de Comisiones Obreras, que añaden que los establecimientos de Toys 'R' Us funcionan por el momento "con normalidad".

La búsqueda de compradores sí parece dar sus primeros frutos en Asia. Según avanza Joshua Sussberg, el abogado que trabaja para la firma, en unas declaraciones recogidas por Reuters, han recibido ya ofertas por valor de "más de 1.000 millones de dólares (unos 810 millones de euros)" por hacerse con el 85% de su filial asiática.