El petróleo prosigue su carrera alcista y ayer el barril de crudo tipo Brent (de referencia en Europa) superó los 80 dólares por primera vez desde octubre de 2014, aunque al término de la jornada cedió desde los 80,44 (máximo del día) y cerró en 79,23. Aun así, esta escalada (de casi el 50% en un año) ha perforado las previsiones del Gobierno, que en su programa de estabilidad preveía el petróleo en los 67,7 dólares este año y en los 63,9 en 2019-2021. El fin del petróleo barato (uno de los factores externos que impulsaron la economía española en estos años) amenaza con desbaratar la previsión del Gobierno en términos de crecimiento, inflación, empleo, demanda interna, costes empresariales y saldo exterior.

Aunque el ministro de Energía, Álvaro Nadal, dijo que España soporta hoy mejor esas subidas porque la economía nacional se ha vuelto más "flexible" y "competitiva", la dependencia energética española y su intensidad en consumo de crudo siguen siendo superiores a los de otros países del euro y esto explica que el factor dinamizador de la bajada del crudo desde los 112,36 dólares de 2014 a los 29 de 2016 se trasladara con más intensidad en España que en otros grandes países de la UE.