La segunda subasta eléctrica del año para asignar el servicio de interrumpibilidad entre las empresas de la gran industria -el mecanismo por el que las fábricas paran las máquinas cuando Red Eléctrica se lo pide para regular el sistema eléctrico del país si este no da abasto o los precios se disparan- para lo que queda de año comenzó ayer en el recinto ferial Ifema de Madrid y puede durar hasta el viernes. Cerca de 130 firmas industriales con gran consumo energético compiten por la adjudicación de un total de 2.600 megavatios (MW), que suponen incentivos por valor de casi 257 millones de euros según los precios de salida, que bajarán según las empresas pujen por los bloques (de 5 y de 40 MW). Alcoa, que tiene la mayor factoría electrointensiva de A Coruña, aspira a los lotes más grandes, para los que esta vez encuentra más competidores (en la puja anterior los lotes mayores eran de 90 MW, una potencia eléctrica que menos empresas pueden ofrecerse a interrumpir) y además le será más difícil conseguir un buen precio, dado que su valor de salida baja un 26% (de los 270.000 euros por MW y año que marcó la subasta de diciembre a los 200.000 de la actual). La compañía confirmó a este diario que mañana continuará compitiendo "con el objetivo de obtener el máximo valor posible para sus operaciones en España", en sus plantas de A Coruña, Avilés (Asturias) y San Cibrao (Lugo).

La puja convocada por el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, y administrada por Red Eléctrica de España (REE), reparte esta semana 320 bloques de 5 MW (1.600 MW) y 25 bloques de 40 MW (1.000 MW). Los mejor remunerados son los lotes más grandes, que a razón de 200.000 euros por megavatio y año -y teniendo en cuenta que la adjudicación es por siete meses, entre junio y diciembre- suman 116,6 millones de euros de precio de salida. Los pequeños, mucho más numerosos, se ponen en liza a 150.000 euros, lo que supone un importe de 140 millones. En total, 256,6 millones de euros en 2.600 megavatios que unas 130 empresas se reparten mediante un sistema de puja descendente.

REE publicará los resultados de esta subasta una vez que sean validados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En un informe reciente, la Competencia criticó que el Ministerio de Energía no aprovechara para llevar a cabo una revisión del mecanismo de interrumpibilidad, de cara a esta nueva subasta, para adaptarlo a la normativa europea. Asimismo, advirtió del elevado coste que implica el mecanismo y consideró que estas subastas "son complejas y que sus costes triplican a las del gas y electricidad".

A este respecto, indica que la organización de subastas de interrumpibilidad tuvo un coste de 1,3 millones de euros en 2015 y de entre 500.000 y 600.000 euros cada año a partir de entonces, muy superiores al coste de las diferentes subastas eléctricas y gasistas celebradas en España, entre 75.000 y 205.000 euros.

Respecto a las novedades introducidas por el Ministerio para esta segunda subasta, la CNMC consideró que la sustitución del producto de 90 MW por otro de 40 MW podría "ser insuficiente", por lo que recomendó considerar adicionalmente otras alternativas, como permitir agregaciones de los proveedores de 5 MW.

Además de la aluminera Alcoa, concurren a esta subasta eléctrica otras firmas relevantes en Galicia como la compañía de ferroaleaciones y silicio metal Ferroatlántica, la siderúrgica Megasa y el grupo de acero Celsa Group. De todas ellas, Alcoa es la más electrointensiva, la que tiene más consumo en sus fábricas y por tanto más capacidad para interrumpirlo. Solo para cubrir la potencia interrumpible de la factoría de A Coruña necesita hacerse con 120 MW.