La celebración de unas nuevas elecciones generales en España el próximo día 26 cogerá a los partidos gallegos en la antesala de las elecciones autonómicas del próximo otoño. Esos comicios dirimirán si el PP, finalmente con Alberto Núñez Feijóo de nuevo como cartel electoral, logra permanecer en la Xunta por tercera legislatura consecutiva, ya sea en solitario o en la hipotética compañía de Ciudadanos, o bien se produce alternancia en el Gobierno autonómico con una eventual suma entre las mareas, Podemos, el PSdeG y el BNG.

La imposibilidad de formar un gobierno tras los comicios generales del pasado 20-D ha llevado a unos nuevos comicios, una circunstancia en la que todos los partidos gallegos aprovecharán para intentar llegar del mejor modo posible a la cita con las urnas de otoño.

De este modo, PP y En Marea -segunda fuerza en votos por delante del PSdeG- intentarán al menos mantener y si pueden incrementar en la nueva cita de junio los resultados de diciembre, al igual que hará Ciudadanos, cuarta fuerza y que obtuvo un escaño.

Los socialistas tratarán de superar con un buen resultado sus convulsiones internas tras la renuncia de José Ramón Gómez Besteiro a la Secretaría Xeral al ser investigado por diez presuntos delitos y también lucharán por unir el partido tras las primarias que han celebrado para elegir candidato a la Xunta.

En los comicios de diciembre, además, el BNG se quedó sin representación en el Congreso tras 20 años consecutivos de presencia en las Cortes y fue relegado a quinta fuerza con menos de la mitad de votos que Ciudadanos, una fuerza sin apenas implantación en Galicia.

Para alivio del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo anunció el pasado mes de abril tras un largo proceso de reflexión personal, y con la incertidumbre de si habría gobierno o no en España, que se presentaría a la reelección en Galicia.

En los comicios del 20 de diciembre el PP ganó las elecciones en Galicia con 10 diputados de 23, tras obtener el 37,1% de los votos, por encima de la media del partido en España (28,7 %), lo que no impidió que notase el bajón respecto al resultado histórico de 2011, con 15,5 puntos y casi 260.000 votos menos. Los populares gallegos están convencidos de que una vez resuelta la incógnita Feijóo, como la llegaron a denominar, tendrán un buen resultado el próximo 26 de junio y que será aun mejor en otoño.

Una de las sorpresas de esos comicios en Galicia fue el resultado de la coalición En Marea, integrada por Esquerda Unida, Podemos, Anova (escisión del BNG) y el apoyo de las mareas municipales, que se aupó al segundo lugar en votos, pasando al PSdeG, tras lograr el 25,04% de los sufragios, con 408.370 votos. A pesar de las disputas internas en la coalición y de no haber conseguido grupo propio en el Congreso pese a contar con 6 diputados, En Marea luchará para intentar repetir los resultados que la consoliden por delante del PSdeG a escasos meses de las autonómicas. Los socialistas lograron en los comicios de diciembre seis escaños, los mismos que en 2011, pero con una caída de 110.000 votos y cediendo la segunda plaza a En Marea. El 26-J lucharán por mantener al menos el número de escaños y por aumentar el número de votos para recuperar la segunda fuerza antes de las autonómicas.

Otra de las sorpresas de los comicios de diciembre fue el resultado de Ciudadanos, una fuerza sin apenas implantación en Galicia, que consiguió 147.910 votos, lo que les dio un escaño por A Coruña. Sin previo aviso y por sorpresa, la dirección estatal de la formación decidió relevar a Antonio Rodríguez, lo que provocó que profiriese duras críticas hacia la cúpula de la formación de Albert Rivera.

Para el BNG, con dirección renovada, el 26-J es su oportunidad de redimirse tras el varapalo de diciembre, cuando concurrió con la marca NÓS-Candidatura Galega y por primera vez en 20 años se quedó sin representación.