El joven ilustrador José Homs (Barcelona, 1975), más conocido como Homs, participó ayer en los encuentros con lectores de Viñetas desde o Atlántico, a los que explicó sus procedimientos a la hora de elaborar un cómic a partir de un guion. Homs, creador de El ángelus, tiene una larga trayectoria en el mercado francés y será el encargado de pasar a historieta la trilogía de Stieg Larsson Millenium, un proyecto que, dice, supone "una oportunidad tremenda para un autor con una obra poco extensa" y que no le implica "ninguna presión". "Me han dado bastante libertad", dice.

-¿Conocía a los autores con los que comparte cartel en Viñetas?

Personalmente, solo a Rubén Pellejero y a Guéra, con el que coincidí algunas veces. Pero como aficionado, evidentemente, conocía a todos los demás. Viñetas desde o Atlántico es un salón que cuida mucho a los autores y es un verdadero placer venir, porque nos permite charlar relajadamente con dibujantes, lectores, etc., algo que no se da en los grandes festivales, más mercantilistas, por decirlo de algún modo. Cuando Miguelanxo [Prado] llama a cualquier autor español para venir, es muy raro que se niegue, porque esto es una gozada y Viñetas tiene mucho prestigio.

-¿Qué tiene que tener un buen cómic, en cuanto a dibujo?

Tiene que llegarte. Que al acabarlo digas ´lo he pasado genial´ o ´lo he pasado fatal´, eso quiere decir que el dibujante ha sabido transmitirte. El ritmo de las viñetas, saber ser espectacular cuando hace falta y contenerse en otros momentos, de todo eso hablaré hoy [por ayer] en mi charla, porque son cosas que interesan mucho a los iniciados.

-¿Quién le metió el gusanillo del tebeo?

Yo creo que nací con el gusanillo ya, pero si tengo que mencionar a un dibujante que me marcó, ese fue Loisel, un historietista francés que cuando yo era joven publicó la tetralogía La búsqueda del paso del tiempo. Yo iba a la Escola de Comic Joso de Barcelona, con 14 años, y estaba acostumbrado a los tebeos juveniles que se editaban aquí: Astérix, Tintín, Superlópez... Que eran muy buenos, pero narrados para los jóvenes y de manera muy sencilla. Con Loisel descubrí giros de cámara, viñetas más extremas, alargadas, etc. En definitiva, aprendí a jugar con la narración y con la profundidad.

-Si su hija, de unos seis años, le dice dentro de unos años que quiere dedicarse al cómic, ¿la animaría?

Mi deseo es darle total libertad para que escoja su futuro, aunque si no me demuestra que tiene talento para esto, quizá trataré de persuadirla (risas).

-Ha leído Millenium pero no ha visto las películas.

Claro, una vez que visualizas algo es posible que ya no te lo imagines de otra manera, y no quise verlas por no contaminarme, aunque la de Fincher me hubiera encantado verla. Quería tener la libertad de decidir cómo eran los personajes y los entornos, aunque viajamos a Estocolmo para conocer los barrios de los que hablan los libros. Es un encargo muy importante para mí.

-¿Cuándo sale a la venta?

Serán seis álbumes de 62 páginas y llevará su tiempo, pero seguramente en tres años saldrán.