La Xunta obliga por "imperativo legal" a la empresa Ferroatlántica a abrir las compuertas que permitan ver la cascada del Ézaro, que desemboca directamente al mar en el municipio de Dumbría. Se recupera así el caudal ecológico del último tramo de 1,4 kilómetros del río Xallas, entre el embalse y la Fervenza, por lo que el impacto visual no será el mismo que hasta ahora cuando se abrían las compuertas en fechas y horas determinadas. El caudal que abría la empresa como reclamo turístico ronda los seis metros cúbicos por segundo, mientras que el ecológico será tres veces menor.

La Administración autonómica se vio obligada a tomar esta medida tras las numerosas denuncias de colectivos ecologistas como AEMS Ríos con Vida, que exigían la restauración del caudal ecológico del Xallas. El fiscal especializado en Medio Ambiente del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) también presentó una denuncia contra el que fue director Xeral de Calidade e Avaliación Ambiental de la Xunta al dictar una resolución en mayo del 2002 en la que se especificaba que la empresa no necesitaba mantener el caudal ecológico en el último tramo del río de 1,4 kilómetros.

A cambio, Ferroatlántica se había comprometido a abrir las compuertas en determinadas fechas y horas, como los fines de semana de verano y otros periodos vacacionales.

Los colectivos ecologistas expresaron ayer su satisfacción por esta medida, ya que a partir de ahora podrá contemplarse de nuevo la cascada del Xallas todos los días del año. Las compuertas se abrieron a última hora de la tarde del martes. "Tuvo que ser por imperativo legal y después de años de lucha de los ecologistas que la Administración se viese obligada a reclamar de Ferroatlántica la restauración del caudal ecológico del Xallas (10% del caudal medio anual) secuestrado por la empresa hace veinticinco años", asegura el colectivo ecologista Adega, que lamenta que no se tomase ninguna medida antes.

Adega también reprocha que hasta ahora la Xunta "no solo mostró una escandalosa condescendencia con la empresa, dueña de facto del Xallas, sino que incluso llegó a autorizar nuevos aprovechamientos hidroeléctricos que convirtieron este río en el más afectado por los embalses de todo el Estado".

El colectivo ecologista recuerda que entre los años 1986 y 1989 la construcción del embalse de Santa Uxía, en la desembocadura del Xallas, "supuso uno de los primeros trabajos para un ingeniero recién llegado a Galicia, Agustín Fernández", el actual conselleiro de Medio Ambiente, y, en su opinión, "una de las agresiones más salvajes al patrimonio natural, que para vergüenza hizo de Galicia el único país del mundo con un accidente geográfico a tiempo parcial". Para Adega, el conselleiro todavía "tiene la oportunidad de no acrecentar el daño y restituir alguna dignidad del Xallas, declarando la caducidad de las concesiones antes de que lo haga el juzgado".

La Asociación Monte Pindo Parque Natural también destacó la "pequeña victoria" y se pregunta si Ferroatlántica ampliará ese caudal como cuando se abría "a los turistas".