Salcines se corta la coleta. Menos de dos semanas después de que le empezasen a pasar factura sus facturas de protocolo, el concejal de Hacienda de Cambre ha presentado su renuncia al alcalde. "No soy un político profesional ni aspiro a serlo", afirma el ya ex edil, que ha decidido centrarse en sus labores como economista "tras el incondicional apoyo recibido" y en defensa de sus "proyectos personales y profesionales".

No hubo maletines ni regalos de trajes, pero hubo helados o cafés de tres o 1,7 euros que el profesor de la Facultad de Económicas decidió que eran justificables ante los bolsillos de los cambreses como gastos en ejercicio de su labor como su representante. Renegaron de él los vecinos de Pravio y Bribes, que aseguraron que nunca habían compartido comida alguna con el edil a pesar de que él lo había alegado como justificante en dos de sus notas.

También renegó el alcalde de A Coruña, que apareció como invitado en una factura de una jamonería de La Marina que incluía 17 cañas. "Me dijeron que estaba invitado y entonces vi por ahí a Salcines", remendó Javier Losada al verse incluido en una nota que, además de su única cerveza, rezaba otra larga lista de bebidas de la mesa del economista.

Su alcalde, Antonio Varela Saavedra, lo defendió a capa y espada. Lo hizo "de buena fe", dijo un día después de que salieran a la luz las costumbres de Salcines. Sólo reconocía que algunos de los gastos deberían haber estado justificados con más rigor. Después de reunirse, regidor y concejal decidieron que se reintegraran a las arcas municipales los gastos de protocolo en locales de hostelería que había hecho desde de que dejó de cobrar una dedicación parcial por ser edil. Son tres mil euros en 20 meses que Salcines devolvió inmediatamente en dos pagos.

No hay razón ni perdón en el comunicado enviado ayer por el ex concejal a los medios de comunicación. Hay defensa y agradecimientos. "He podido comprobar el cariño y respaldo de mi entorno profesional y personal". Considera que las declaraciones y campañas realizadas en su contra "carecieron de rigor, habiendo sido sacadas de contexto e incluso manipuladas por diferentes políticos".

Devolución

Tras reunirse con el alcalde, el profesor de Económicas reintegró el total de facturas de bares que pasó como gastos de protocolo

En la carta defiende su gestión como responsable de las finanzas del Concello y se vanagloria de haber "triplicado por tres" los ingresos financieros y de haber controlado la deuda municipal a pesar de la época de crisis. También se define como un concejal que ha escuchado a los vecinos y destaca su labor como coordinador del equipo de las inversiones del Fondo Estatal de Inversión Local en el municipio cambrés.

La razón de la renuncia de Salcines está, según sus palabras, en su vida más allá de la política: "He decidido, tras el incondicional apoyo recibido y en defensa de mis proyectos personales y profesionales, abandonar la vida política y renunciar a mi acta de concejal en el Ayuntamiento de Cambre". Tras conocerse el tipo de facturas que pasaba al Concello como gastos de protocolo, fue durante diez días la principal diana de la oposición, que clamó por una dimisión que se materializó ayer. El economista renuncia a su acta de concejal y, además, decide enterrar su vida política.

Venancio Salcines considera que las críticas de los últimos días se han caracterizado por "la falta de perspectiva". Agradece el apoyo que ha recibido del alcalde, el Ayuntamiento, los ciudadanos de Cambre y, "sobre todo", sus amigos y familiares. En la misiva, evoca sus virtudes como concejal y enumera sus logros al frente de las finanzas colectivas de sus conciudadanos. "Para mí, y aunque hoy presente mi renuncia, ha sido una gran satisfacción personal y profesional trabajar durante dos años para mis vecinos", escribe.

Saca pecho de su trabajo: "La concejalía de la que yo era responsable triplicó por tres los ingresos financieros y mantuvo controlada la deuda municipal, a pesar de la lógica merma en los ingresos provenientes de las licencias urbanísticas derivada del actual periodo de crisis". ¿Su pócima? Apretarse el cinturón y realizar "continuos ajustes de gastos corrientes, reduciendo más de setenta partidas de gasto y congelando otras setenta".

En cuanto a las cuentas que han provocado su dimisión, defiende que su remuneración como concejal nunca superó los ochocientos euros netos. Hasta su renuncia, con la entrada del BNG en el Gobierno cambrés, sus competencias se redujeron, su sueldo fijo se canceló y cobraba por asistencia a plenos y comisiones.

"Las partidas de gastos y kilometraje en los que incurrí no pasaron en ningún momento de los setenta euros mensuales de media", señala Salcines en su comunicado. Así, considera que las declaraciones y "campañas" realizadas en su contra carecieron "de rigor" y fueron "manipuladas por diferentes políticos". Añade asimismo que bajo su responsabilidad en el departamento de Hacienda, "siempre siguiendo las líneas estratégicas del alcalde", se unificaron todas las partidas de protocolo, por lo que se pudieron reducir a la mitad: de ochenta a cuarenta mil euros.

Estas argumentaciones repiten los párrafos que ofreció el Gobierno local después de que el alcalde convocase al concejal para que le ofreciese su versión de las facturas hechas públicas. En ese momento decidieron también que Salcines devolviese el dinero que invirtió en desayunos, comidas y cenas de protocolo.

El ex edil no tendrá que asistir al próximo pleno, a finales de mes, en el que será, con su presencia o no, el centro de atención. Y es que los grupos de la oposición no dejarán pasar el tema. A pesar de la dimisión, exigirán medidas y nuevas explicaciones al alcalde, Antonio Varela Saavedra.

PP y Partido Galeguista exigían su cabeza y ya la tienen. Pero los populares no se conforman con eso y pondrán encima de la mesa la necesidad de realizar una auditoría externa "para demostrar que ningún otro concejal está inmerso en este tipo de actuaciones", en palabras de su portavoz, Nicolás Cubeiro. En cuanto al Partido Galeguista, el edil Manuel Marante lamentaba, antes de conocerse la renuncia de Salcines, que el Gobierno local sólo había actuado a raíz de la publicación de las facturas. Por alguna de ellas ya había preguntado él en el pleno anterior: "Si no me pillan, vale; si me pillan, lo devuelvo".

El portavoz de IU-EU, Luis Taibo, entendió que, "bajo ningún concepto", la costumbre del edil de Hacienda, era "políticamente correcta ni ética". "Hay que tomar otro tipo de medidas, las personas son ya mayorcitas", señalaba. Instó al Gobierno municipal a controlar los gastos de protocolo. El socio de los socialistas en el Ejecutivo, el BNG, confiaron en el papel del alcalde para "resolver el problema" que se planteó.