"Hubo mala praxis, pero no mala fe". Esta es, en resumen, la conclusión a la que ha llegado la comisión encargada de investigar la actuación del ex jefe accidental de la Policía Local de Arteixo, que fue expedientado el pasado marzo por destruir documentos públicos, entre ellos varios partes y denuncias anteriores al año 2005 que permanecían almacenados en comisaría.

La investigación fue instruida por un abogado del departamento jurídico de la Diputación, que durante el último mes tomó declaración al cabo expedientado, a sus compañeros de trabajo y a varios responsables técnicos y políticos del Ayuntamiento.

El instructor decidió archivar el caso y absolver al cabo tras constatar que el material destruido "no era determinante para el Concello", según corroboraron ayer fuentes municipales. El dictamen fue acogido con satisfacción por el Gobierno local, que mostró su alivio por un fallo que "no sólo exime de responsabilidad al agente, sino también al Concello", que se vería obligado a responder en el caso de que la comisión investigadora concluyese que se había cometido una infracción grave por destrucción de documento público.

Fuentes municipales explicaron que el cabo reconoció "desde el primer momento" que había quemado documentos públicos anteriores al año 2005 con el objetivo de hacer un expurgo del material almacenado en las dependencias policiales.

La alcaldesa, Pilar Souto, se reunió ayer con el cabo para informarle sobre la decisión adoptada por el instructor del caso. La regidora, que tiene delegadas las competencias de Seguridad Ciudadana, evitó ayer hacer declaraciones sobre este asunto, y se limitó a expresar su alivio por el archivo de un expediente que ella ordenó abrir el pasado 11 de marzo tras ser informada de que habían desaparecido varios atestados policiales.

Fue un vecino de Arteixo el que puso en alerta al Ayuntamiento a mediados del pasado mes al requerir en comisaría el atestado de un accidente registrado cinco años atrás. Tras buscar durante horas sin resultado, el jefe actual de la Policía Local puso el caso en conocimiento de la alcaldesa. Consultado sobre el asunto, el cabo expedientado reconoció a la alcaldesa que había quemado varios documentos que consideró que no tenían relevancia con el único objetivo de hacer limpieza en la comisaría.

El Concello admitió los problemas de espacio que padece la sede Policía Local, que impide a los agentes almacenar de forma correcta denuncias, partes y atestados. La necesidad de trasladar las dependencias policiales fue debatida en más de una ocasión por la Corporación y el Gobierno local trató de zanjar el problema con propuestas que, con el tiempo, resultaron ser inviables. Entre ellas, el traslado de la sede al centro tecnológico cedido por la Fundación Amancio Ortega. Esta alternativa despertó una oleada de críticas entre la oposición, que instó al Ejecutivo a buscar un lugar "más apropiado" para albergar las dependencias de la Policía Local.

Consultada ayer sobre el posible mudanza de la comisaría, la alcaldesa admitió que, de momento, "no hay opciones disponibles". Pilar Souto reconoció nuevamente que se trata de una necesidad "imperiosa", pero apeló a la ausencia de locales municipales disponibles para mantener la actual sede, ubicada en la planta baja del Ayuntamiento de Arteixo.