Este año el globo de Betanzos apareció más pronto que nunca. Una hora y media después de haber ascendido desde la plaza dos Irmáns García Naveira ya estaba cayendo en un monte de Viós, en Abegondo, a unos diez kilómetros de distancia en línea recta.

El globo, envuelto en llamas, quemó un poco de matorral pero una brigada forestal de la Xunta y los bomberos brigantinos que seguían su recorrido actuaron con rapidez y evitaron que se originase un incendio. Tras los últimos incendios en Galicia, una masa volante envuelta en llamas es como para vigilarla.