Los padres del nuevo colegio de Arteixo pactaron ayer las medidas a adoptar para forzar a la Consellería de Educación a restituir el transporte escolar en aquellas paradas que se han visto, por primera vez en años, privadas del servicio.

La primera será la de impedir el paso del autobús escolar por varias de las paradas anuladas, entre ellas, la más conflictiva, la de Ponte do Ba. Así lo anunció ayer el presidente del la recién constituida Asociación de Nais e Pais, Juan Varela. "No permitiremos que pase el bus hasta que abra las puertas y admita a los niños".

El portavoz de los padres confirmó ayer que alrededor de cien escolares se verán privados del servicio de transporte este curso por la decisión "unilateral" de la Xunta de suprimir, al menos, cuatro paradas, entre ellas una que daba servicio a una treintena de niños.

La ANPA rechazó ayer las justificaciones de Educación, que explicó un día antes a este diario que tan sólo eliminó las ubicadas a menos de dos kilómetros del centro escolar. "Pueden ir andando perfectamente por la acera", sostuvieron desde el departamento autonómico. Sus argumentos no convencen a los padres. Más bien todo lo contrario. La ANPA remitió un escrito a la Jefatura Provincial de Educación en el que incide que varias de las paradas que han sido suprimidas estaban ubicadas en núcleos rurales, sobre todo en Loureda. "Los niños tendrán que recorrer a pie tramos sin aceras ni pasos de peatones", lamentó Varela.

Lo que más indigna a los progenitores, es que los escolares que deberán recorrer el camino a pie serán rebasados por autobuses "prácticamente vacíos". "Los padres estarán el lunes en las paradas y no permitirán pasar al bus hasta que dejen subir a los niños", advirtió el portavoz del colectivo.

Los padres no son los únicos que consideran injustificada la supresión de paradas. El Gobierno local remitió ayer un escrito a Educación en el que le exige "la restitución del servicio de transporte escolar para todos los alumnos". El Ejecutivo tachó de "ilógicos" los argumentos de la Xunta ya que, indicó, "sería castigar a los padres por el buen hacer del Concello" -en alusión a las mejoras en el alumbrado y vías de las zonas afectadas-. Pilar Souto apeló además a los riesgos en la seguridad de los pequeños.